En la política, como en casi todo en la vida, a veces lo que parece novedoso no es lo tanto. Es el caso de la famosa vicealcaldía que han ofrecido a Sebastián Pérez, un cargo que a muchos le suena estos días a broma, a invención para tejer una realidad enrevesada o directamente le suena a chino, pero que en realidad es una figura que posee una cobertura legal específica y que, incluso, tiene muchos precedentes en otras capitales españolas.

Es más, Granada no es la única ciudad en la que se está hablando estos días de esta figura que durante la próxima legislatura estará vigente en sitios como Toledo, Murcia, Lorca o Lugo. Asimismo, se ha convertido en una moneda de negociación que ha sonado en las grandes capitales con la oferta de Ada Colau que no aceptó Esquerra en Barcelona y con la posibilidad de que Begoña Villacís (Cs) fuera la vicealcaldesa del popular José Luis Martínez Almeida.

La vicealcaldía se contempla, aunque no se menciona directamente, a partir de la Ley de Medidas para la Modernización del Gobierno Local más conocida como la Ley de Grandes Ciudades, entre las que se incluye a Granada. Esta normativa que también se llamó popularmente como 'Ley Arenas' en referencia al político andaluz del PP que la impulsó cuando era ministro de Administraciones Públicas con José María Aznar.

Se trata, por tanto, de una figura seria que también puede ser denominada como concejal de Presidencia y que quien la ejerce representa una suerte de 'delfín oficial' del alcalde de turno. Al estilo de lo que pasa con las vicepresidencias en entes superiores como los gobiernos autonómicos o nacionales y que se reservan al líder de otro partido en caso de alianza de dos.

Alberto Ruiz Gallardón con el que fue su vicealcalde Manuel Cobo

Tirando de diccionario el prefijo vice significa "en vez de o que hace las veces de". Es decir, que sobre el papel el vicealcalde sería la segunda persona con más autoridad y poder de un ayuntamiento después del alcalde y en el que se delegarían las grandes cuestiones de una ciudad. En definitiva, es una figura que tiene el mismo efecto que una primera tenencia de alcaldía con el toque distintivo con el prefijo vice para aumentar su capacidad de mando de cara a la sociedad.

Nada tienen que ver con la figura de los 'dediles' –ediles que el alcalde podía nombra a dedo– y que funcionaron durante un tiempo pero que al final acabó tumbando el Tribunal Constitucional.

En cuanto al vicealcalde más mediático que se recuerda es Manuel Cobo (PP), la mano derecha y número dos de Alberto Ruiz-Gallardón que ejerció la vicealcaldía de Madrid entre 2003 y 2011. Cobo, ahora retirado de la política y tertuliano de Ferreras, no es el único escudero de este tipo que ha habido en la política nacional. Otro caso es el de Emilio Carrillo (PSOE), que fue vicealcalde del alcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín.