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Una reforma de 1,6 millones

  • La intervención en el palacio permite ganar dos aulas

  • Los trabajos encaran el tramo final

El ingente patrimonio que atesora la Universidad de Granada (UGR) tiene posiblemente como elemento más visible y reconocible -por lo menos para el granadino de a pie- a sus inmuebles. Y entre todos ellos, destacan sobremanera los históricos. Su privilegiada ubicación hace quizá de la Facultad de Interpretación uno de los más singulares de entre los edificios de la UGR. Y, en estos días, se acomete el tramo final de unas obras que han evidenciado, una vez más, la notable labor de conservación que ha asumido la institución académica granadina. Los trabajos desarrollados en el último año y medio en el palacio de las Columnas han servido para rehabilitar por completo las cubiertas del edificio de la calle Puentezuelas, una obra que se licitó por 1,6 millones. Es el valor estimado del contrato que figura en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado 17 de julio de 2017. Las tareas también han permitido ganar espacio para la docencia -en concreto dos aulas- y, de paso, descubrir y añadir como atractivo al inmueble la fachada original del palacete.

A principios del siglo XX, según señala el vicedecano de Infraestructuras de la Facultad, Simón Suárez, el inmueble pasa a manos de la UGR, que lo destinó a sede de la Facultad de Filosofía y Letras. Para adaptar el edificio a su nuevo uso se optó por extender los dos brazos del palacio -que tiene planta en U- lo que, como primera consecuencia, supuso tapar la fachada original en los lados en que se acometió la ampliación, en los laterales del pasillo central. Ahora, con la reciente remodelación, el frontal original ha quedado al descubierto e integrado en el interior del inmueble, lo que añade un elemento singular al palacio. La división entre la edificación original y el añadido queda acentuada de esta manera y cuyo descubrimiento -aunque se sabía de su existencia- obligó a modificar el plan de espacios para la primera planta.

El inmueble de Puentezuelas también fue sede de la Facultad de Filosofía y Letras

En las cubiertas se ha sustituido la madera deteriorada. En los tejados se ha aprovechado para poner escalones de seguridad y agarraderas, tal y como exige la normativa. Dentro, se ha pintado y dado un "lavado de cara" a espacios como aulas y despachos. Los trabajos se han desarrollado por fases para interferir lo menos posible con las clases. Ahora, una vez terminado el brazo izquierdo y el pasillo central, quedan los últimos remates en el ala derecha. Una vez que termine la rehabilitación, se retirará la grúa que ahora ocupa el patio centra y se arreglarán algunos desperfectos, como los frescos de la cubierta de la escalera, dañados por filtraciones de agua.

Según explica el vicedecano, hace diez años la caída accidental de una cornisa obligó a una primera intervención de urgencia. En los últimos años se ha hecho un "seguimiento" de los elementos susceptibles de deteriorarse. Así, se instalaron pilares de madera en la primera planta, que ahora han desaparecido gracias a los trabajos desarrollados en los últimos meses. Además de rehabilitar la totalidad de las cubiertas, se ha acometido la instalación de la red informática. Estos trabajos han contado con la "dificultad" de que se han desarrollado mientras se mantenía la actividad docente. Únicamente el pasado año se optó por trasladar a los alumnos de primero a otro edificio, concretamente al V Centenario de la Avenida de Madrid. El decanato también se trasladó a la sede de la calle Buensuceso y algunos profesores trasladaron sus despachos a la antigua Enfermería, enumera Suárez. En la actualidad, algunos docentes mantienen su despacho en lo que fue Enfermería mientras que el decanato se trasladará en unas semanas. El plan previsto implica que algunos profesores trasladen sus despachos al palacio de La Jarosa, en la calle Paz, una vez que la Escuela Internacional de Posgrado complete su traslado a la antigua Biosanitaria. Este traslado estaba previsto para el pasado verano, pero finalmente todo indica que se realizará a lo largo de este invierno. El palacio de la calle Paz irían docentes, la sede del Instituto Confucio y el Centro Ruso.

También se han reubicado algunos espacios en el edificio centra de la Facultad, con el fin de ganar dos aulas. Suárez reconoce que falta espacio para un centro que cuenta con unos 1.600 alumnos y 130 docentes, y que además de aulas, despachos y salas de ordenadores cuenta con una biblioteca, sala de conferencias y tres laboratorios de idiomas.

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