Medio Ambiente

Las diferencias entre los proyectos de Loja y Granada condenan la renaturalización del Genil en la capital

Imagen de archivo del cauce del Río Genil a su paso por Granada capital

Imagen de archivo del cauce del Río Genil a su paso por Granada capital / G. H. (Granada)

La renaturalización del río Genil a su paso por Granada sigue en el centro de la polémica. Después de que el proyecto del Ayuntamiento de Granada no haya sido seleccionado por el Gobierno de España como uno de los 37 proyectos de regeneración de ecosistemas fluviales que recibirán fondos Next Generation de la Unión Europea, toca analizar las diferencias entre el proyecto de la capital con otros como el de la localidad de Loja, en el Poniente de Granada, para saber por qué el granadino no recibirá financiación.

Por el momento, el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, ha anunciado que el plan para volver a convertir en natural al Genil a su paso por la capital va a sufrir una "reformulación inmediata" y ha asegurado que el equipo de Gobierno se volverá a sentar con las partes implicadas para modificar la intervención que no ha recibido la calificación suficiente por el Ministerio de Transición Ecológica.

"Seguiremos intentándolo para volver a presentar un proyecto en las próximas convocatorias que nos consta que serán aprobadas próximamente", ha asegurado el regidor local.

Los lojeños, sin embargo, están de enhorabuena. Y es que los casi 4 kilómetros de cauce del río Genil que discurren por su término municipal serán renaturalizados con un proyecto ambicioso y que ha sido elegido por el Ministerio Para la Transición Ecológica. Una intervención en la que, según ha asegurado a este periódico la directora del proyecto, María de la Barca Fernández-Reinoso, llevaban trabajando muchos años e intentando buscar proyectos de financiación en los que encajar, hasta la actual convocatoria, que les ha venido "como un guante".

El principal objetivo del proyecto de Loja era que la localidad dejara de estar "de espaldas a su río", e integrarlo de tal manera que, los proyectos de encauzamiento ya ejecutados desaparecieran, haciendo una zona accesible, sostenible y en el que la biodiversidad recuperara fauna y flora sin forzarla, eliminando así el efecto de isla de calor que actualmente produce.

Para ello, el equipo de Fernández-Reinoso realizó muchos estudios, vuelos de drones en zonas no accesibles, y crearon un proyecto bajo la premisa 'Do no significant harm principle' o DNSH, es decir, que contribuyera sustancialmente a restaurar la biodiversidad y que no produce contaminación al hacerlo.

Imagen del parque fluvial de Loja en la actualidad, después de una primera intervención de renaturalización Imagen del parque fluvial de Loja en la actualidad, después de una primera intervención de renaturalización

Imagen del parque fluvial de Loja en la actualidad, después de una primera intervención de renaturalización / G. H. (Granada)

"Nos consta que el Ministerio quería subvencionar proyectos maduros, ambiciosos como el nuestro, que actúa en 3,5 kilómetros, que no produce contaminación y cuyas actuaciones se enmarcan dentro de la bio-ingeniería. Al realizarlo no se contamina, no se usan hormigones y no se hace un perjuicio a la zona. El proceso es natural".

Además, el proyecto del Poniente de Granada incluye un plan sobre como contribuiría a la economía local de la zona la renaturalización del río a su paso por la localidad, con un plan de turismo sostenible centrado en el agua y que narra como es el paso del Genil por la zona conocida como 'Los infiernos de Loja', hasta llegar a un futuro parque, y acabar en otra profunda garganta.

"Se ha valorado el ser ambicioso, el que a la zona vuelvan a llegar las aves, la fauna, los mamíferos. La ciudad no miraba al río y había un gran movimiento vecinal a favor de recuperar su torrente. Ahora lo podrán hacer", ha comentado Fernández.

La capital, sin financiación

El principal objetivo del proyecto de la capital para renaturalizar el Genil era que la zona hormigonada sobre cemento en la que se convirtió el río dejase de serlo para convertirlo en uno lleno de vegetación y fauna. Un movimiento que se persigue desde hace años y cuyo proyecto fue aprobado en el Pleno del Ayuntamiento de Granada tres veces, la última en 2017.

La convocatoria este año de los fondos europeos Next Generation removió la esperanza de que, por fin, pudiera llevarse a cabo una obra de renaturalización, al haber un fondo económico específico para ese fin. Sin embargo, esta esperanza fue pronto eliminada cuando el proyecto presentado por el Ayuntamiento supuso una "tremenda decepción" por parte de otros grupos. 

"Lo mejor que le ha podido pasar a Granada es que no le dieran el proyecto porque no se iba a renaturalizar el río. Las consecuencias hubiesen sido tener que volver a invertir desde el Ayuntamiento para arreglar este desastre", explicó Antonio Cambril, portavoz de Unidas Podemos en Granada, a este periódico.

Esta misma valoración es la que han realizado desde 'Ecologistas en Acción', quienes ya firmaron en julio una declaración de compromiso colectivo por un "verdadero proceso" de renaturalización del río Genil a su paso por Granada. Han denunciado que el proyecto del Ayuntamiento quería conservar aún mucho hormigón, siendo una "absoluta decepción" para quienes esperaban ver un río "vivo" en esta ciudad, y aseguraban que se planteaba una obra "que añadía más cemento para la creación de caminos laterales y escolleras, y que incluso sustituía la vegetación natural de ribera por maceteros regados por goteo".

Compuertas del Rio Genil a su paso por Granada Compuertas del Rio Genil a su paso por Granada

Compuertas del Rio Genil a su paso por Granada / G. H. (Granada)

Por su parte, el principal partido de la oposición en el Ayuntamiento de Granada, el PP, ha denunciado la disparidad de opiniones que existían sobre el proyecto presentado a Europa entre los propios socios de Gobierno y han lamentado que la ciudad se quede sin esa financiación.

"Se ha demostrado la incapacidad de presentar un proyecto común, realmente importante, para que Europa asuma, comprenda y valide lo que es un proyecto de capital importancia para la ciudad. Al final todo ha quedado, como tantas otras cosas, en nada", aseguraba ante los periodistas el concejal y portavoz de los populares, Luis González.

Las asociaciones profesionales y relacionadas con este tema ya expresaron su rechazo al proyecto, al verlo como "un intento de renaturalización", y apostaron por un auténtico proceso de restauración que devolviera al río sus elementos naturales, sirviendo como corredor y conector de biodiversidad, contribuyendo al aumento del espacio arbolado y generando un verdadero arco verde en un amplio tramo.

Los colectivos ambientales salen a la calle

Está previsto que este viernes 30 de septiembre los colectivos ecologistas y en favor del cambio del cauce del río Genil a su paso por la capital se concentren en la puerta del Ayuntamiento a las 9:00 horas coincidiendo, de esta manera, con el pleno municipal. Además, lejos de ser la única concentración, al día siguiente, el sábado 1 de octubre a las 10:00 horas, se ha anunciado que se volverán a movilizar en el Puente Romano del Genil, en la zona del Paseo del Salón, para visibilizar ese "cambio necesario" que el torrente que nace en Sierra Nevada necesita.

"En ambas convocatorias estaremos dando a conocer nuestra nueva exposición sobre la lucha por la renaturalización del Genil de los últimos 25 años", dice Ecologistas en Acción, que presentó un proyecto en 2019 para naturalizar el río que costaría 700.000 euros, frente a los más de 4 millones calculados por la iniciativa del Ayuntamiento.

Dos granadinos leen al sol en el cauce del Río Genil a su paso por la capital Dos granadinos leen al sol en el cauce del Río Genil a su paso por la capital

Dos granadinos leen al sol en el cauce del Río Genil a su paso por la capital / G. H. (Granada)

Hace casi 30 años, con motivo de la celebración del Mundial de Esquí de 1995, (pospuesto finalmente hasta 1996), el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir encauzaron el Genil a su paso por la capital convirtiéndolo, según las asociaciones "en un canal de hormigón armado".

El objetivo era elevar la altura de agua para que el cauce fuera "navegable", de forma que el llamado embarcadero cumpliera esa función y las barcas circularan alrededor.

Sin embargo, esa intervención en el río llevó fue a convertirlo en una delgada lámina de agua por encima de un canal de hormigón, desprovisto de vegetación y fauna, donde debido a las compuertas se acumulan "malos olores, basura y mosquitos en buena parte del año", según los ecologistas.

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