Por primera vez, un vino español se ha vendido en la Grand Place de Bordeaux, un mercado exclusivo en el que unos 300 negociants bordeleses distribuyen por todo el planeta las mejores referencias de los primeros crus de la zona y una muy pequeña selección de vinos del mundo (apenas 60 referencias).La Grand Place es algo así como la Bolsa de los grandes vinos del mundo y arrastra una historia de 700 años, cuando comerciantes holandeses y británicos (principales mercados extranjeros de los vinos franceses) crearon en el siglo XIV un complejo y sofisticado sistema de negocio único en su forma en el mundo, que ha llegado hasta nuestros días.

No es de extrañar que el primer vino en llegar allí haya sido un Rioja, por la vinculación histórica de la región con Burdeos. La filoxera (una plaga de insectos de las más temidas por los viticultores) había arrasado los viñedos franceses en los años 70 del siglo XIX. La vinicultura gala, en consecuencia, necesitaba uvas o vino para no perder sus mercados florecientes y acreditados. Y vinieron a La Rioja –como a otras regiones productivas españolas– para remediar sus males. Son los años conocidos en la bibliografía regional como “los comisionados franceses”. En La Rioja Alta –y sobre todo en su mayor núcleo poblacional, Haro– se asentaron franceses para aprovisionar de materia prima a las bodegas de su país. Unos pocos establecieron alianzas con los locales y se quedaron aquí en apoyo de la producción vinatera local y provincial. Algunos de ellos están en los orígenes de algunas de las bodegas más antiguas y afamadas de La Rioja.

El vino que ha hecho historia nada más nacer al ser, como decía, el primer vino español en venderse en La Grand Place de Burdeos es Yjar 2017, el nuevo vino de Telmo Rodríguez de la Granja de Nuestra Señora de Remelluri, que además es un viñedo histórico, situado en Labastida, explica Telmo Rodríguez, su creador. Este bodeguero, formado en Burdeos y un descubridor de tesoros vitícolas ocultos por toda la geografía española, lleva trabajando desde el año 2010 con el viñedo, 3,8 hectáreas de la propiedad familiar de Labastida: “Encargamos un estudio histórico a Salvador Velilla de la Granja, una propiedad medieval de los monjes jerónimos que la abandonaron en 1420 y es ahí cuando aparece el duque de Híjar, que gestiona el monasterio de Toloño, la propia Granja y otras propiedades del entorno bajo la Divisa de Nuestra Señora de los Ángeles de Toloño”, cuenta Telmo Rodríguez en declaraciones a la web www.lomejordelvinoderioja.com.

Aquel duque de Híjar era el abuelo de Manuel Quintano, el clérigo de Labastida que tuvo el primer contacto de Rioja con Burdeos para la elaboración de vinos de calidad un siglo antes de la llegada de los franceses. El vino, Yjar 2017, rinde homenaje a aquel primer duque que gestionó Remelluri y rememora la histórica conexión de Burdeos con Labastida, con Rioja Alavesa, que es la cuna del vino moderno al estilo bordelés en España, y concretamente con Remelluri, reconocida en los años 70 del siglo XX como el primer château de Rioja, un pequeño viñedo dentro de la propiedad, que han reacondicionado y preparado para producir un vino de clase mundial.

La venta de Yjar en la Grand Place 2017 fue un éxito: las 7.200 botellas fueron colocadas en minutos a un precio de 110 euros. “No nos hemos quedado ninguna botella y los negociants las han distribuido por todo el mundo, que era nuestro objetivo”, declara Telmo Rodríguez. “Ahora el precio –continúa– lo pondrá el propio consumidor, pero lo que queríamos es llegar a La Grand Place con un vino de Rioja”. Yjar, un secreto hasta su comercialización la semana pasada, viene avalado por muy buenas puntuaciones de los principales críticos internacionales. Elaborado con las variedades tempranillo, graciano, garnacha, granegro y roja, se coloca así entre los vinos considerados los más selectos del mundo.