Los vecinos insistieron en que no podían esperar tanto porque su problema viene de lejos y pidieron que se adoptaran ya las medidas necesarias para hacer llevadera su situación. Señalaron que no pretendían imposibles y que eran conscientes de que, por vivir en una vía de entrada a la ciudad, tendrían que soportar niveles de tráfico más elevados que los de otras vías o ruido de sirenas de ambulancias. "No es intención de los vecinos rehuir su solidaridad con quienes viven en otros barrios o necesitan entrar en la ciudad, pero alguna solidaridad y responsabilidad esperan, dijeron en la reunión, también de quienes conducen y de quienes gobiernan la ciudad y controlan el tráfico". Se debería evitar, reclamaron, todo ruido innecesario y, en ese sentido, insistieron en la necesidad de que el control de tráfico no generase ruido y de que se llevase a cabo mediante bastones luminosos y no mediante silbatos. Se debería también limitar la velocidad, con velocímetros y cámaras, para evitar que por la noche los coches y motos circulen a gran velocidad. Y se debería también controlar a los vehículos que causan fuertes ruidos quizás por estar modificados sus motores o escapes.
Los vecinos señalaron que, más allá del ruido, el intenso tráfico en la zona y la transformación de las calles en autopistas urbanas estaba provocando problemas de seguridad. En ese sentido, recordaron que se había producido un accidente grave un par de días antes de la reunión. Y este mismo sábado 2 de diciembre se ha producido otro, aproximadamente en el mismo lugar (cruce de Méndez Núñez con Camino de Ronda), lo que confirma la necesidad de ordenar el tráfico en la zona y en arterias como estas de un modo que no es el que se ha venido diseñando hasta ahora (adjunto fotografías).
La única medida concreta acordada fue que el responsable del la Policía Local, don José Antonio Moreno, presente en la reunión, señaló que instruiría a los agentes en la necesidad de hacer un uso solo excepcional de los silbatos. Los vecinos agradecieron la disposición mostrada y manifestaron que quedaban a la expectativa de ver qué resultado tenía.
Agudo sugirió volver a reunirse en dos o tres meses para seguir estudiando medidas y ver cómo ha evolucionado el problema del ruido, a lo que aceptaron los vecinos.
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