"Nadie tiene derecho a entrar en la casa de alguien y apalearlo por una bandera"
Sucesos Granada | Testimonio de Javier Cuesta, agredido el sábado por cuatro personas
El músico granadino ha presentado una denuncia en los Juzgados por un presunto delito de odio y agresión contra los cuatro atacantes
"Cuando pasó todo esto y me levanté del suelo medio mareado, me di cuenta de que estaba vivo de milagro. Pensaba que me mataban". Javier Cuesta resume así cómo se sintió tras ser agredido el sábado por cuatro desconocidos después de que estos asaltaran su casa en pleno centro. Antes de la pelea, su sobrino de 23 años vio como un hombre orinaba en la puerta de la vivienda y le llamó la atención. "Me meo donde quiero", le dijo. Su sobrino se envalentonó y salió pensando que sólo estaba el tío. Había tres más. Estaban aplaudiendo. En seguida, el músico granadino escuchó gritos y se asomó a las escaleras porque estaba en la segunda planta. "Te vamos a matar", escuchó. Cuesta pensó que les estaban robando.
Eran las 21:30. "Cuando bajé, vi la puerta abierta, a dos tíos de espaldas saliendo y a otro de frente que venía del cuarto de mi hermana donde se había escondido mi sobrino para que no lo apalearan. Antes, mi sobrino recibió un porrazo en la cara y se le cayeron las gafas al suelo cuando echaron la puerta abajo. Han arrancado los ladrillos de cuajo", cuenta este trabajador del sector de la venta de maquinaria de hostelería. Acto seguido, uno de los cuatro hombres le pegó un puñetazo a Cuesta y éste intentó defenderse. "Salí detrás de él y a cinco o diez metros del tranco de mi casa lo volví a agarrar. Los otros se dieron la vuelta y entre los cuatro me dieron 20 hostias. En ese momentos mis padres se asomaron a la puerta y chillaron. Mis vecinos salieron. Los intrusos se asustaron y se fueron", explica.
El sábado, un grupo de ultraderecha se manifestaba como de costumbre por la zona. Una semana antes, el granadino colgaba en el balcón de su casa una bandera republicana en homenaje al fallecido Julio Anguita. "Nadie tiene derecho a entrar en la casa de alguien, apalearlo y asustar a unos ancianos por una bandera. Esto no puede ocurrir en una sociedad civilizada. Vivimos en una democracia y pongo la bandera que me da la gana en mi balcón", se defiende Cuesta. "Me puedo imaginar cómo está el centro de Granada estos días donde yo vivo, lleno de banderitas con águilas y nacionales, que aquí haya gente rancia de extrema derecha. Desde hace un mes a las 20:00 hay 50 chalaos con banderas y cacerolas. Ese mismo día había gente por el centro dando pitadas", continúa.
Un reloj Lotus y unas Ray-Ban
"Un demócrata en su sano juicio no hace esto. Eso lo hacen cuatro descerebrados, cuatro chalados, que iban muy bien vestidos. A uno se le cayo el reloj marca Lotus, que lo tengo aquí como prueba, y a otro unas Ray-Ban originales. Con sus vaqueros y sus polos. Tenía de 28 a 30 años. No tenían pintas de delincuentes”, reconoce el músico, que sólo vio la cara de dos de los cuatro agresores. “No los conozco de nada. Uno era alto, con barba, con el pelo medio largo, bastante fuerte, que fue el que se enfrentó a mi sobrino verbalmente", describe.
Cuesta se acercó a Urgencias el sábado acompañado de un amigo. Le hicieron varias radiografías. En el parte de lesiones figura lo siguiente: politraumatismo y luxación del meñique derecho. "Tengo cuatro o cinco chichones; los morados en la espalda y el ojo negro", precisa al otro lado del teléfono. Este lunes, el músico presentó una denuncia en la Caleta por un presunto delito de odio y agresión contra los cuatro atacantes. "Desconozco el motivo de la invasión del domicilio y de la agresión, pero se da la circunstancia de que la casa es la única en la zona con una bandera republicana colgada en una ventana", consta en el documento entregado en el Juzgado de Instrucción de Granada.
Cuesta, orgulloso de ser español
"También tengo una española ahora puesta. Cuando juega el España contra Rusia ponga la bandera de la selección. No puede haber una serie de personas volviéndonos locos con mensajes de odio. Vamos a dialogar. ¿A quiénes le interesan que los españoles estemos odiándonos y enfrentándonos?", se pregunta. El ambiente de crispación en las calles, cree Cuesta, estaba instalado antes del virus. "Hay unos señores en este país que salen con la mano alzada cantando himnos y haciendo apología de señores que ha asesinado a muchos inocentes. Esto sólo pasa en España, no en otro país de Europa. Me dan una paliza por poner una bandera tricolor, que representa a una república escogida democráticamente", afirma apenado.
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