Granada

Las tarifas de la prostitución: 15 minutos de sexo a 35 euros y copas de champán a 90

  • Coaccionar y amenazar a las víctimas para que se prostituyan y vendan drogas, el día a día de la explotación sexual

Imagen de archivo de una prostituta que espera en una calle para captar algún cliente

Imagen de archivo de una prostituta que espera en una calle para captar algún cliente / G. H.

La explotación sexual podría resumirse en cinco pasos que se repiten en la mayoría de las operaciones policiales: primero, las engañan para traerlas a España diciendo que van a tener un trabajo de camarera, azafata de eventos o similar. En segundo lugar, cuando llegan a este país, les requisan la documentación y les muestran a lo que realmente se van a dedicar. En tercer lugar, las amenazan y coaccionan para que se prostituyan a cualquier hora del día. Después las alojan en un piso o domicilio, fijan unas tarifas de las que ellas se llevarían una comisión y las obligan a pagar rentas de alquiler. Y luego, mientras ejercen la prostitución, tienen que vender drogas a los clientes e incluso a consumirlas.

Así se ha apreciado en la última operación policial contra la trata desarrollada en Granada –en la que cinco mujeres han sido liberadas y cuatro personas detenidas–, y así ocurrió también hace unos años –entre 2013 y 2016– en una vivienda de la calle Enriqueta Lozano de la capital, en la que una pareja obligaba a una mujer a prostituirse, unos hechos que serán juzgados a partir del próximo 15 de enero en la Audiencia Provincial.

En este caso, que es un ejemplo más que expone a la perfección el mundo de la trata, una pareja regentaba un piso habilitado como prostíbulo, en el que obligaban a una mujer de origen paraguayo a prostituirse.

Las tarifas iban desde los 35 euros por 15 minutos de sexo, hasta los 100 euros por una hora, a lo que había que sumar copas a 20 euros, champán a 90 euros y 150 euros más 20 euros de taxi si había desplazamiento. En teoría, la víctima debía llevarse el 50% de lo que se ganase por cliente, un pago que, en numerosas ocasiones no se realizaba ya que se imponen “multas” a las mujeres por negarse a realizar ciertas cosas, por comprarles ropa o comida.

El 15 de enero será juzgada una pareja que obligaba a una mujer a prostituirse en Granada

La coacción –otro de los patrones repetidos en todos los casos de explotación sexual– pasaba desde los insultos como “guarra, puta, tú no sabes trabajar”, tal y como se recoge en el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, hasta “la Policía de Granada es mi amiga, si te vas, te los voy a mandar, por no tener papeles te van a caer cinco años de cárcel”.

La 'jornada laboral' era sin horarios y con solo un día de descanso a la semana en el que además era totalmente controlada. Es decir, debía trabajar a cualquier hora del día o de la noche y le proporcionaban cocaína para que pudiera realizar jornadas de más de 20 horas, y que así pudiese ofrecerla a los clientes.

Precisamente por estos hechos, la Fiscalía ha calificado los hechos de prostitución coactiva y drogas y ha solicitado para los dos principales acusados una condena a siete años de cárcel y el pago de una multa de 4.700 euros. Asimismo, hay un tercer acusado –el que suministraba la droga– que se enfrenta también a la petición de siete años de prisión y el pago de una multa de 620 euros por un delito continuado contra la salud pública.

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