Comercio

"He podido abrir la tienda con lo justo, porque fui yo mismo con mi coche a por el género"

  • Las tiendas y supermercados de Granada buscan soluciones para resistir al desabastecimiento

  • Gracias a la previsión y a las soluciones creativas de comerciantes y distribuidores, el comercio resiste

  • En las grandes superficies hay más escasez de aceites, harina y tipos concretos de pasta

"He podido abrir la tienda con lo justo, porque fui yo mismo con mi coche a por el género"

"He podido abrir la tienda con lo justo, porque fui yo mismo con mi coche a por el género"

Los comercios de Granada capital y el Área Metropolitana siguen sufriendo, en mayor o menor medida, los problemas de abastecimiento en sus estanterías y expositores, con el prejuicio que eso conlleva para el consumidor, que a veces no entiende que pueda faltar algún producto o encarecerse alguna materia prima. Aunque desde las instituciones públicas se han encargado de asegurar que la guerra de Ucrania, la huelga de transportes o los elevados costes de los combustibles no van a causar problemas de abastecimiento y que no es necesario acaparar de más, en las tiendas la cosa se ve con otros ojos.

Los problemas para recargar el género y distribuirlo que sufre Mercagranada debido a la huelga de transportistas autónomos y a los piquetes están haciendo que muchos tenderos se vean contra las cuerdas a la hora de reponer sus negocios. Los materiales en las cámaras frigoríficas y de congelación se agotan progresivamente, y el no reponer puede suponer un problema.

Esta situación ha hecho que algunos, como Francisco, empleado de la Frutería Patricia, en la céntrica calle Ancha de Gracia, hayan tenido que utilizar "soluciones creativas" e intentar mitigar los problemas sufridos el pasado martes, cuando muchos comerciantes no pudieron acceder al mercado distribuidor para hacer acopio de bienes.

"El martes pude abrir, pero con lo justo de género, y a las 11 de la mañana. Así no es plan. Y pude abrir porque fui yo a por el género", ha explicado el tendero a este periódico.

Esa es una de las formas que están teniendo muchos comerciantes granadinos de no dejar desprovisto su negocio, siendo ellos mismos quienes se desplazan para cargar con lo que pueden y más necesitan, esperando que pronto la situación mejore.

Algo similar ha pasado en el Mercado de San Agustín, donde faltaban algunas materias, había comercios que sacaban las últimas reservas de fruta y pescado de sus cámaras, y algunas persianas estaban echadas. "Hoy he vuelto a ir a Merca Granada a cargar yo mismo con mi coche, porque a los turismo si que los dejaban pasar. Me he venido bien provisto por si las cosas siguen así porque tengo un coche grande, otros han dado varios viajes o se han llevado a familiares y amigos", comentaban algunos tenderos.

Solución temporal y con truco a la espera de ver como avanza la semana, aunque algunos avisan: "No sabemos como vamos a llegar al lunes que viene. Nosotros hacemos todo lo que está en nuestra mano, pero milagros, a Lourdes".

Había otros comercios más afortunados a los que no les faltaba de nada y que incluso habían hecho buena caja estos días, ya que otros comercios cercanos no habían podido abrir. Es el caso de 'Tu Fruta Prohibida', comercio en la calle Pedro Antonio de Alarcón que no se ha visto afectado por la huelga de transportes ni por los problemas de la cadena de suministro.

"Yo no tuve problemas el martes, aunque se de muchos comercios en el centro que no abrieron por falta de género, lo que repercutió positivamente en mi tienda", ha comentado a Granada Hoy la dueña, Inmaculada García. "Mi proveedor esta siendo previsor y está pudiendo funcionar, aunque con cámaras externas y echando muchas horas".

En las grandes superficies, la cosa es diferente según al supermercado que te dirijas, y en la zona en la que te muevas. Se sigue manteniendo la limitación de comprar más o menos botellas de aceite de girasol, con carteles en escaparates y expositores, y algunas marcas de productos no están presentes en las estanterías, pero aún así todo parece más o menos en orden.

"Vaya tela, ¿Qué más falta ya? A 2,25 euros están los pepinos, una barbaridad" comentaba una vecina con una amiga, habiéndose encontrado ambas en los pasillos del supermercado de Ancha de Gracia. "Está todo como para no comprar", le contestaba la otra mujer. Y es que la inflación y la situación de la guerra hace que los bolsillos de los granadinos tiemblen.

Más allá de conversaciones sobre los precios o la "lluvia de sangre" que dejó toda la ciudad con ese tono anaranjado, en los supermercados de la capital había de todo, y los clientes compraban con normalidad. Pasta, arroces, frutas y verduras, y los tan ansiados paquetes de harina y botellas de aceite de girasol. "A la gente se le va de más", decía una cajera de Supermercados Dani al remarcarle un cliente lo rápido que habían repuesto estos bienes.

Diferente situación ha sido la vivida en hipermercados de las afueras de la capital. En algunos grandes supermercados, las existencias de aceite de oliva y girasol eran casi nulas, y en la zona de la harina quedaba lo justo. Ante el panorama, la gente que pasaba por el pasillo no dudaba en coger alguna botella y algún paquete "por si las moscas". "Es un bien de primera necesidad, lo gastaré en casa antes o después", explicaba una consumidora a la cajera al ir a pagar.

La fruta también brillaba por su ausencia, con algunas islas llenas de cajas vacías. Casi como si esperaran con los brazos abiertos recibir un producto que está costando llegar a la multinacional francesa. También había falta en algunos tipos de pastas y conservas, y eso que la gente se aprovisionó bien a finales de 2021 por el miedo al "gran apagón" que, de momento, no llega.

Misma situación, pero con el pasillo de la leche, ocurría en un Mercadona de Churriana de la Vega, en el Área Metropolitana. Palés vacíos y prácticamente ningún brick en una estampa inusual a la vez que temporal, mientras los empleados se afanaban en reponer las estanterías.

Faltas puntuales de ciertos productos y algún desabastecimiento temporal, pero de momento los granadinos pueden estar tranquilos, porque van a poder seguir llenando el carro de la compra sin dificultades. Al menos a corto plazo. Quizá haya que probar nuevas marcas u otros productos, pero la comida no parece escasear.

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