El túnel de la Minilla, desbloqueado 14 meses después
El Consejo de Ministros acordó el pasado viernes destinar 5 millones de euros, en concreto, 4.991.945,79, a las obras de reparación del hundimiento del túnel de La Minilla de la A7.
De esta forma se desbloquea el tramo Taramay-Lobres de la Autovía del Mediterráneo, el primero que el Gobierno de Mariano Rajoy quiere inaugurar en el tercer trimestre de este año, el cual terminará costando -según las previsiones del Ejecutivo- 176 millones, más de la mitad de lo contratado (fue adjudicado por 84 millones, aunque su valor de licitación era de 138). Sin embargo, en este caso, la orografía del terreno ha sido la responsable de una mala pasada que ha comprometido una vez más la continuidad de esta gafada obra.
Al día siguiente de solucionar la crisis acontecida la semana pasada con los ferrallistas, que dejaron de trabajar durante 24 horas por la falta de pago de la subcontrata, se puso en Madrid el dinero sobre la mesa para que este trozo de autovía también volviese a estar activo. Fuentes cercanas a FCC confirmaron a este periódico que los trabajadores ya están realizando las labores de limpieza del túnel en el punto concreto en el que se produjo el desprendimiento, en el cual no trabaja nadie desde hace 14 meses, por lo que volverán al tajo de manera inminente.
Las obras en los túneles complicaron la marcha de la ejecución del tramo Lobres-Taramay de la A7. Si bien el calado de los mismos, que era lo más difícil según FCC, resultó todo un éxito en verano de 2011, este periódico adelantó en enero de 2012 que se había producido un desmoronamiento en uno de ellos, que hacía imposible seguir trabajando en el lugar. El Ministerio de Fomento reconoció después que "el 20 de diciembre se había producido un desprendimiento en uno de los dos tubos del túnel" y argumentó que debía "tenerse en cuenta que se atraviesa un terreno geotécnicamente muy difícil.
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