La Unidad Neonatal del Clínico de Granada ha atendido a 250 bebés prematuros durante 2025

El Hospital Universitario Clínico San Cecilio conmemora el Día Mundial de la Prematuridad con diversas actividades y la visita de nueve mujeres noruegas que residen en la costa tropical y se han desplazado hasta Granada para conocer a los profesionales de la Unidad Neonatal y a las familias de los bebés actualmente hospitalizados.

Este grupo de mujeres comenzó a tejer y coser ropa de bebés recién nacidos durante la pandemia causada por la COVID-19 para donarla al ‘Armario Solidario’ del Clínico San Cecilio. Desde entonces mantas, gorros, patucos, baberos y algún que otro peluche forman parte de las donaciones periódicas que estás mujeres realizan a la Unidad Neonatal que las ordena, guarda y ofrece a los bebés hospitalizados de familias en situación de vulnerabilidad.

A ellas se han sumado otras familias de Granada que han realizado aportaciones para que aquellos bebés que lo necesiten puedan disponer de ropa adecuada una llegan o se van del hospital. Desde la puesta en marcha del ‘Armario Solidario’ alrededor de un centenar de familias han recibido ayuda para sus bebés.

El Hospital ha querido, coincidiendo con el día dedicado a los bebés nacidos de forma prematura, agradecer la generosidad de estas mujeres recibiéndolas y enseñándole los espacios en los que se almacena y entrega esa ropa. Sonia Velasco, supervisora de enfermería de la Unidad Neonatal, destaca “la calidad de la ropa y el cariño con el que está hecha”, así como “la seguridad en todo momento ya que la ropa se limpia y esteriliza antes de almacenarse en el armario”.

Hoy también el equipo de neonatos ha entregado a los padres y madres de los bebés hospitalizados una tarjeta de recuerdo con las huellas de sus hijos y la fachada del Clínico San Cecilio se iluminará de violeta para visibilizar la solidaridad del hospital con las familias.

En el Clínico San Cecilio, los bebés nacidos de forma prematura son atendidos en la Unidad Neonatal con capacidad para 24 recién nacidos. En lo que va de año, un total de 251 bebés prematuros han requerido cuidados neonatales especializados. De ellos, 29 no han alcanzado el kilogramo al nacer, considerándose grandes prematuros o prematuros extremos. Asimismo, 100 recién nacidos han estado ingresados en Cuidados Intensivos (UCI) neonatales a lo largo de 2025, mientras que los restantes han requerido Cuidados Intermedios.

En cuanto a la estancia media se sitúa en los 11,2 días, si bien esta varía en función del nivel de prematuridad y de la evolución clínica de los recién nacidos. Desde las menos de dos semanas en el caso de un gran prematuro (menos de 37 semanas de gestación), hasta las 15 semanas en los recién nacidos prematuros extremos (menos de 29 semanas).

La asistencia sanitaria a estos menores está a cargo de un equipo multidisciplinar, formado por seis pediatras, 31 enfermeras, 29 técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, además del apoyo que prestan a los bebés y sus familiares en la Unidad Neonatal logopedas, fisioterapeutas y psicólogas.

Humanización y Cuidados Centrados en la Familia

En la Unidad Neonatal del Hospital Clínico San Cecilio se presta especial atención a la humanización y los cuidados centrados en el desarrollo y la familia. Este enfoque involucra a la familia en todo el proceso, tanto en los cuidados del bebé como en la toma de decisiones, para reducir el estrés de la separación y mejorar la preparación para el alta hospitalaria.

Algunos de los procedimiento que se aplican habitualmente en esta área son el ‘Método Madre Canguro’, que proporciona estabilidad térmica y fisiológica, favoreciendo el vínculo con los padres. Asimismo, se apoya la Lactancia Materna, potenciando el contacto con la madre desde el nacimiento. En este sentido, la comisión de Lactancia Materna del hospital desarrolla programas formativos para los profesionales del área materno-infantil y la Unidad Neonatal es centro periférico del Banco de Leche del Hospital Universitario Virgen de las Nieves.

Otra de las prácticas habituales es prevención del dolor neonatal con medidas no farmacológicas en actividades asistenciales invasivas. Como es el caso del Protocolo de Esparadrapo Zero, sustituyendo tiras adhesivas en la piel de bebé, que generan dolor, por otros dispositivos menos agresivos. La disminución del ruido y de la luz, o los cuidados en la posición y el confort de los neonatos son también buenas prácticas que se aplican habitualmente. Estas medidas e iniciativas reflejan un compromiso continuo con la mejora de la atención y el bienestar de los bebés prematuros y sus familias.