Las parroquias católicas de Granada podrán volver a abrir sus puertas tras estar cerradas casi dos meses desde que se decretó el estado de alarma el pasado 14 de marzo. Algunas como la del Sagrario han empezado a preparar su reapertura de cara a la fase 1 de la desescalada, que permitirá eucaristías diarias con una asistencia de hasta un tercio del aforo total.

El párroco de la Iglesia del Sagrario, Don Juan Gutiérrez, ha señalado que en el Sagrario hay “un aforo amplio” ya que “caben habitualmente 320 personas y algo más”. “Hemos reducido bancos y los hemos colocado a una distancia de seguridad con la idea de que con la 1 fase podamos abrir hasta un tercio del aforo, es decir hasta 86 personas”, afirma. Asimismo, los fieles que quieran acudir a las eucaristías “tendrán que venir con sus mascarillas y con su gel desinfectante” —aunque habrá desinfectante para quienes no tengan—, guardar la distancia “cuando vayan a comulgar e intentar tocar lo menos posible”.

En cuanto a la situación por la que pasan los templos de Granada en estos momentos, Don Juan la ha calificado como “una desolación” desde que se decretó el estado de alarma, ya que “todo se anuló a partir de ese día, e incluso, a partir de septiembre”. “Nos quedamos sin nada, sin bodas, sin bautizos, sin comuniones y sin adoración al Santísimo, pues casi todo se está aplazando para el próximo año”, señala. No obstante, Don Juan cree que todo cambiará “una vez que empiece la nueva situación”, pero siempre con una “reducción de personas y guardando todas las medidas de protección” para adaptarse a las circunstancias.

Según el párroco de la Iglesia del Sagrario, se va a hacer hincapié en “respetar las medidas de seguridad”. “Tenemos que poner todos los medios que haya a nuestro alcance, esta Iglesia es de paso, viene gente de muchos sitios y los que vienen un día a lo mejor al siguiente no vienen” por lo que “habrá que repetir las normas”, subraya.

Además, Don Juan ve injusta la situación por la que las parroquias están pasando, pues cree que “ha sido un disparate que se prohíba que la gente pueda ir a la Iglesia” pudiendo mantenerse las mismas medidas que “para ir al supermercado, a la farmacia, de paseo o para hacer deporte”. “Es una pena que se haya hecho así, porque esto no significa que no se pueda ir a rezar a la Iglesia”, recalca.

En cuanto al futuro de cultos externos como las procesiones, el párroco de la Iglesia del Sagrario entiende que todavía “para este año puede que cambie la situación”, así que ya se irá “pensando qué se puede hacer” con el paso de los meses.