Laliga 1,2,3· rayo-granada

Deslumbrados al final (1-0)

  • Los rojiblancos caen ante un rival directo con un gol encajado a falta de tres minutos para la conclusión

  • El aburrimiento del primer tiempo, antesala de un intenso segundo periodo

En un encuentro que parecía condenado al empate sin goles tuvo que ser un defensa el que decidiera que los tres puntos en juego se los quedara un Rayo Vallecano que tras su triunfo supera en la clasificación a un Granada que, a la espera de lo que acontezca en lo que resta de jornada, podría salir de los puestos de promoción por el ascenso. De momento, lo que es seguro es que es liderato que ocupa el Huesca está ya a cinco puntos.

Dorado fue el 'culpable' de los males del Granada en su visita a Vallecas. Faltaban sólo tres minutos para la conclusión y el empate parecía que estaba al alcance de la mano a pesar de que Rui Silva se había vestido de héroe para mantener el marcador inicial hasta entonces. Precisamente, el cancerbero luso había tenido otra feliz intervención para enviar el balón a córner. Tras ese saque de esquina llegó el gol del partido, el que dejó a dos velas a los de José Luis Oltra después de un encuentro muy trabado y aburrido en los primeros 45 minutos y más intenso tras la reanudación. No es que tuviera muchas ocasiones el Granada, pero bien pudo llevarse el gato al agua. El Rayo también lo mereció, quizá un poco más. Cualquiera de los tres resultados no hubiera sido injusto en un partido que se decidió en una acción puntual. El ascua al final se arrimó a la sardina vallecana.

Adrián Ramos entró en el campo tras el gol de los locales y no pudo hacer nada

No pocas novedades en el once inicial. La menos esperada, la presencia de Rui Silva bajo los palos por la ausencia de Javi Varas motivada por problemas familiares. El portugués, cumplió con creces. Germán volvió a la titularidad tres meses después y Kunde se hizo un hueco en el centro del campo y fue otro de los destacados en las huestes de Oltra.

Mucho respeto entre dos contendientes que aspiran a todo esta temporada y que son conscientes de que se jugaban tres puntos y algo más. Cuestión de jerarquía en una categoría en la que los dos equipos pueden presumir. Muy distinto a la última vez que ambos se enfrentaron en este escenario cuando lo que se trataba era salvar los muebles en la máxima categoría del fútbol nacional y que con el tiempo ninguno de los dos supo defender.

El conjunto vallecano intentó hacer valer su condición de local al buscar hacerse con el control del balón y el juego. Eso sí, con poca efectividad en sus acercamientos en los que lo único que pusieron en evidencia fue los lógicos nervios con los que comenzó la contienda el guardameta visitante.

El primer tiempo fue quemando sus minutos con más pena que gloria. Juego muy trabado en el centro del campo donde Kunde y Montoro se multiplicaban en el trabajo de contención. Los rojiblancos, ordenados atrás, apenas concedían alegrías a la parroquia local. Sólo algún resbalón inoportuno, un par de malos despejes o algunas internadas por la banda, casi siempre por el lado de Álex Martínez, llevaron algo de intranquilidad sobre la portería defendida por un Rui Silva que poco a poco se fue asentando. Una prueba de ello, un disparo lejano de Chori Domínguez que atajó con seguridad. Por el Granada, sólo dos acciones ofensivas a señalar: una al principio, en un disparo muy lejano de Pedro que pudo sorprender a un adelantado Alberto, y otra en el tramo final, en una falta botada por el propio Pedro que Germán peinó fuera. Los madrileños, más posesión, pero en zona de nadie.

En la reanudación, Javi Guerra suplió a un tocado Trejo de salida y tras unos minutos de juego muy deslavazado el veterano delantero estuvo a punto de cazar un balón perdido en el área. Algo parecido pasó poco después en el otro lado del campo con Rey Manaj. El albanés sustituyó a un desaparecido Espinosa y nada más saltar al terreno de juego estuvo a centímetros de cabecear una falta botada por Pedro. De haber contactado con el esférico éste hubiera acabado en el fondo de la red de la portería rayista casi con total seguridad.

La entrada del atacante rojiblanco coincidió con un giro en guión que hasta entonces marcaba el partido. El balón comenzó de ir de un lado a otro del campo. Y con criterio. El encuentro, que hasta entonces invitaba al bostezo, se tornó en interesante con una concatenación de acciones que más de una pudo tener premio.

Joselu, desaparecido durante todo el primer tiempo, sobre todo por el escaso bagaje ofensivo rojiblanco, tuvo en sus botas dos buenas ocasiones para haber sacado fruto. Primero, tras una asistencia de Víctor Díaz, tiró alto, y luego, tras aprovechar un error de Velázquez, hizo lucirse a Alberto.

Para lucimientos, los del portero del Granada. Rui Silva empezó a ofrecer una serenata de buenas intervenciones que desquiciaron a jugadores y aficionados rayistas. El cancerbero rechazó con acierto un disparo con peligro de Javi Guerra y, sobre todo, hizo un alarde de reflejos para mandar a córner un remate a bocajarro de Galán. Un paradón. El partido, definitivamente, se había alterado en todas sus líneas.

Así se entró en los últimos minutos del encuentro. Cuando Rui Silva estaba a punto de subir a los altares tras salvar a los suyos en dos acciones consecutivas del ataque del equipo entrenado por Michel, el cancerbero no pudo obrar el milagro en las postrimerías del encuentro. Dorado sorprendió a todos con un disparo seco y cruzado desde la esquina del área grande y el balón se fue de forma irremediable al fondo de la portería que hasta entonces había sido inexpugnable gracias al buen hacer del luso.

Quedaba poco tiempo, el justo para que Adrián Ramos volviera a pisar un terreno de juego. Y para nada más.

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