Un rápido vistazo a las estadísticas generales de los contendientes antes de que comenzara el choque mostraba un hecho, como poco, curioso. El Lorca llevaba en las primeras once jornadas de Liga más disparos, más lanzamientos a puerta, más saques de esquina que el Granada, ubicado en la zona alta de la tabla. Mejoraban los murcianos, pese a estar en descenso, en varios aspectos ofensivos al cuadro rojiblanco, cuyo cancerbero, además, había tenido que parar más que el del Lorca.

Esta ojeada numérica invitaba claramente a la nula relajación, a no menospreciar a un rival extremadamente peligroso que, como dijo el entrenador del Granada, había hecho más méritos que puntos llevaba en la clasificación.

Afortunadamente, la tendencia se invirtió y el Granada no sólo ganó con relativa claridad sino que, además, mandó en el encuentro y dominó todos los aspectos estadísticos del mismo. Llegó más, tiró más y mejor, sacó más córners y hasta hizo más faltas, pese a que en el descanso los visitantes doblaban a los nazaríes en infracciones.

Esta vez, Dorronsoro tuvo más trabajo que Javi Varas, parando ambos más en el segundo tiempo que en el primero. Y la única roja, para los visitantes.