Tras un inicio de temporada irregular en el que alternó titularidades con suplencias y en el que no terminaba de responder en cuanto a rendimiento se refiere, Antonio Puertas parece haber encontrado su sitio con Robert Moreno.

Permanencia en el once, goles, participación, notables actuaciones… desde el choque ante el Levante, en el que se estrenó como goleador este curso, el almeriense ha pasado a convertirse en un jugador importante y clave para el preparador catalán.

Ante el Mancha Real no pudo a estar por una razón de peso, ya que el nacimiento de su hija le apartó a última hora de la convocatoria. Este domingo, frente al Mallorca, con felicidad máxima por la llegada al mundo de Martina, Antonio Puertas volvió a ser titular.

Jugó la primera parte en el costado derecho dentro del habitual 1-4-4-2 de Robert Moreno. Desde el inicio de mostró bastante participativo en las acciones de ataque del Granada, yéndose de forma constante para adentro con el objetivo de dejar el carril libre para las subidas de Quini, casi nunca seguido por un Kang-in Lee perezoso a la hora de correr para atrás.

Derecho e izquierda

En el segundo tiempo, y a la vista de que el principal peligro del Mallorca llegaba por el otro costado, con las acciones individuales de Kubo y las apariciones de Maffeo, cambio su ubicación con Machís y actuó en el costado zurdo para ayudar a Carlos Neva.

Sacrificado, trabajador y cumplidor como el que más, firmó un buen partido, con un notable trabajo sin balón y buenas acciones en ataque.

El añadido del choque le tenía reservado el premio que tanto ansiaba, poder marcar y dedicar un gol a Martina, su hija recién nacida, que llegó el mundo con un tanto para su padre bajo el brazo. Antonio Puertas, el hombre que siempre cumple, un seguro en este Granada.