Una de las grandes virtudes del Granada de Diego Martínez, ese que tantos éxitos logró y que tantas alegrías dio a la afición rojiblanca, era lo difícil que resultaba remontarle un partido.

Su seguridad para aguantar un resultado a favor era máxima, casi total, y costaba un mundo voltearle un marcador que tenía con el viento soplando de su lado, hasta el punto de que pasaron años sin que nadie lo consiguiera.

Como si el Granada actual quisiera seguir el camino de ese triunfal otro equipo nazarí, el que ahora dirige Paco López y antes hizo al inicio de la temporada Aitor Karanka se ha empeñado en emularlo en ese sentido, y bien que hace porque es una virtud grande y que acerca al éxito.

Ya lo dijo el propio Paco López en la rueda de prensa posterior al partido del domingo en el feudo del Villarreal B, ese que sirvió para que los rojiblancos cortaran una racha de más de media liga sin ganar fuera, cuando se refirió a lo difícil que es en Segunda que te remonten un marcador que se te pone a favor.

Los datos lo corroboran. Esta temporada marcar antes es sinónimo de éxito para el Granada CF, mientras que si lo hace antes el contrario es muy posible el fracaso.

Dicen los resultados de este curso que el equipo rojiblanco ha ganado los trece partidos en que fue capaz de adelantarse en el marcador y ha perdido nueve de los once en que empezó recibiendo.

En concreto, ha marcado primero en doce partidos del campeonato doméstico y en uno de la Copa del Rey, venciendo en todos ellos. Nueve de esos doce se corresponden con los nueve triunfos sumados hasta ahora en el Nuevo Los Cármenes.

Los otros tres, a domicilio, que son el triunfo en Ibiza en la primera jornada, el citado del pasado fin de semana en La Cerámica ante el filial del Villarreal y el conseguido en la Copa del Rey en el campo del Yeclano en el estreno de Paco López en el banquillo nazarí.

La otra cara de la moneda

El dato al contrario no es tan lapidario, pero casi. Once veces en total se le han adelantado al Granada en el marcador y sólo una de ellas coincidió que fue en el Nuevo Los Cármenes.

Ese es el único partido que, hasta ahora, han sido capaces de remontar los nazaríes. Quien osó hacerlo fue el Alavés, que acabó cediendo por 3-1.

La otra vez que el Granada recibió primero y no perdió fue en La Rosaleda ante el Málaga, cuando fue capaz de igualar el tanto que antes había marcado Rubén Castro para acabar arañando un punto.

Las otras nueve ocasiones en que empezó el partido de los rojiblancos encajando un gol, acabó perdiendo, ocho en la liga y una en la Copa del Rey. Esta última ante el Oviedo en el partido que le costó la eliminación en el torneo copero.

De las ocho veces en que le ocurrió en liga, siete estuvieron acompañados de una incapacidad ofensiva grave que le hicieron dejar a cero su casillero de goles a favor. Sólo fue capaz de marcar ante el Levante, pero cuando ya caía por 2-0 en un duelo que acabó perdiendo por 3-1.

Hay cuatro partidos más que completan el curso y que no se pueden encajar en ningún lado de la balanza, ya que son los cuatro que, hasta ahora, han terminado esta campaña con 0-0.

Dos han sido en casa, que se corresponden con los únicos puntos cedidos por el Granada en el Nuevo Los Cármenes, y los otros dos fuera.

Queda casi media liga y el Granada se posiciona para asaltar los puestos de cabeza tras sus tres últimas victorias. Si alguien pregunta por la clave para ganar partidos y conseguir los objetivos, está clara: marcar antes que el rival. Es garantía total de éxito.