Un plan, tres dibujos y un pistolero letal en el Granada CF

Después de que el Granada lograra en el feudo del Villarreal B el pasado fin de semana volver a ganar fuera de casa, era previsible que el técnico Paco López no hiciera muchas variaciones en su once inicial.

Una vez fuera de la convocatoria Petrovic, que faltó a algunos entrenamientos durante la semana por haber sido padre, el preparador, que contaba también con las ausencias por lesión de Rochina, Alberto Soro y Antonio Puertas, decidió meter un cambio respecto al último partido.

Fue la titularidad, primera desde que llegó al equipo de Pol Lozano, uno de los refuerzos invernales del Granada. El sacrificado para salir de la alineación fue Víctor Díaz, el eterno capitán que siempre que juega cumple y que llevaba varios encuentros seguidos actuando de inicio.

Esta variación garantizaba ya antes de empezar el choque adivinar que iba a romper Paco López la defensa de tres centrales y dos carrileros que usó en el Estadio La Cerámica y en otros partidos anteriores en los que tuvo problemas de efectivos en la medular.

El preparador apostó por el clásico 1-4-4-2, con la defensa de siempre volviendo a ser laterales Ricard y Carlos Neva, el citado Pol Lozano y Bodiger en el doble pivote, Callejón y Melendo como falsos jugadores de banda y la dupla arriba formada por Uzuni y Weissman.

Enfrente, un Tenerife con bajas pero en una gran dinámica de resultados, con ocho jornadas sin perder y con Luis Miguel Ramis agarrado a su habitual 1-4-4-2. Los isleños, sin embargo, salieron al partido muy conservadores y sufrieron en el primer cuarto de hora el inicio en tromba del Granada.

Con Carlos Neva y Ricard muy profundos al tener toda la banda para ellos porque Melendo y Callejón se iban mucho para adentro, los rojiblancos encerraron por momentos al Tenerife y tuvieron ocasiones casi para dejar el choque sentenciado.

La entrada en el medio de Pol Lozano ayudó a que los de Paco López encontraran superioridad muchas veces por dentro a que Uzuni y Weissman, con buenos movimientos, recibieran peligrosos pases filtrados. Así llegaron tanto la acción de penalti del 1-0 como las siguientes opciones de gol de los dos atacantes.

El Granada perdió la clara posesión de balón del inicio con el paso de los minutos, aunque defendió bien al Tenerife, tanto en bloque bajo como medio, presionando menos que otra veces porque los insulares casi nunca salían con el balón desde atrás.

Antes del descanso se vio obligado el Granada a realizar su primer cambio al sufrir un problema muscular Ricard y tener que ser reemplazado por Quini, que entró sin poder calentar. No varió nada con esta sustitución en el plan táctico de Paco López.

Dos nuevos dibujos

La segunda parte empezó igualada y con la sensación de que ninguno de los contendientes se decidía a dar un paso al frente, los locales porque no les hacía falta y no era cuestión de arriesgar, y los visitantes porque esperaban su momento.

El hecho de haber usado una ventana de cambios en el primer tiempo hizo que Paco López esperara hasta el minuto 70 para volver a mover el banquillo, entrando Meseguer y Bryan por unos cansados Bodiger y Melendo.

No mantuvo el equipo el mismo dibujo, con el Tenerife tratando de apretar cada vez más, ya que Callejón se metió en la media punta, Uzuni se escoró a la izquierda y Weissman se quedó más solo arriba en una especie de 1-4-2-3-1, con Pol Lozano y Meseguer en el doble pivote, aunque con el recién entrado con más libertad para irse adelante.

No fue la última variación táctica del Granada, que cerró el partido con defensa de tres centrales y dos laterales, en un 1-5-4-1, después de que Víctor Díaz y Famara reemplazaran a Callejón y Weissman.