Para el histórico estreno del Granada CF en competición europea, el técnico Diego Martínez formó con un once prácticamente de gala.

De los llamados a ser titulares claros, a priori, durante el curso, sólo se quedó en el banquillo Machís, incorporado a la pretemporada más tarde por culpa del coronavirus y que actuó de inicio en Liga frente al Athletic Club.

Su lugar lo ocupó Kenedy, uno de los fichajes de los que más se espera. Los otros dos cambios en relación a los que formaron de principio frente a los bilbaínos fueron la entrada de Víctor Díaz y Gonalons por Foulquier y Luis Milla.

Repitió el técnico el mismo dibujo del sábado, un 1-4-1-4-1, con un trivote de lujo en la medular en la que Yangel Herrera y Montoro escoltaron como interiores al citado Gonalons, pivote único.

Kenedy partió desde la izquierda y Antonio Puertas desde la izquierda, con Soldado arriba.

A tope desde el inicio

La primera media hora del Granada fue una carta de presentación perfecta. Un ejemplo de que este equipo es capaz de hacer muchas cosas bien y que tiene en la solvencia defensiva y en la eficacia arriba sus mejores armas.

Como ejemplo, tres goles de tres maneras diferentes. El 1-0 en una buena salida desde atrás, tocando el balón con velocidad y movilidad de los jugadores, como mandan los cánones, para concluir con un buen centro desde línea de fondo de Kenedy, un sensacional desmarque de Antonio Puertas para arrastrar jugadores y un buen movimiento y remate de primeras de Soldado. Para enseñar el vídeo a todos que que están aprendiendo.

El 2-0 llegó gracias a otra de las señas de identidad de este Granada: la presión. Con un césped en un estado irregular y un balón poco usual, el equipo jugó en corto lo que pudo y recurrió al balón en largo cuando no había que complicarse.

Cuando el esférico lo tenía el contrario, apostaba casi siempre por presionar, consciente del menor nivel técnico del oponente. En una de esas acciones de empuje alto, Kenedy robó, se apoyó en Soldado y demostró su verticalidad e incisividad una vez más para marcar.

El balón parado

La tercera pata del 0-3 llegó en el balón parado, con otro buen movimiento y control-pase del brasileño y Yangel Herrera exhibiendo llegada.

El venezolano hizo más o menos lo mismo en el 0-4. Esa posición de interior llegador para un ‘todocampista’ como él le viene como anillo al dedo.Le hubiera venido a Diego Martínez, y a los jugadores, más cambios, pero sólo puede haber tres y agotó dos en el descanso.

Con el choque liquidado entraron Jorge Molina y Vallejo para dar descanso a Soldado y a Domingos Duarte, este último con molestias en el hombro.

Siguió jugando el Granada con el mismo dibujo en el segundo tiempo, aunque con el duelo sentenciado despegó el pie del acelerador.

Cambio de dibujo

La entrada de Fede Vico por Montoro no varió nada, ya que el cordobés se colocó en el trivote como medio avanzado.

El Granada, sin embargo, acabó jugando con un 1-4-4-1 al terminar con diez jugadores sobre el campo ya que había hecho Diego los tres cambios y Kenedy sufrió problemas musculares que le obligaron a retirarse.

Poco antes, el brasileño se había colocado como segunda punta junto a Jorge Molina, con Fede Vico volcado a la derecha y Yangel Herrera en el doble pivote con Gonalons en un esquema 1-4-4-2 que duró poco al tener que retirarse por lesión uno de los protagonistas del choque.

Seis descartados

A diferencia de en el campeonato doméstico, donde se mantienen los 23 convocados y cinco cambios del final de la pasada campaña, en la competición europea de inicio se vuelve a la norma clásica de 18 citados y tres sustituciones.

Diego desplazó hasta Durres a 24 jugadores, por lo que los descartados fueron finalmente Arnau, Quini, Yan Eteki, Azeez, Antoñín y Alberto Soro.Este Granada que no deja de firmar páginas históricas volverá a coger la pluma el jueves para rubricar otro. La primera cita europea de la historia en casa. Es verdad, no estamos soñando.