Granada CF | Resaca en rojiblanco

Mal momento para cometer errores

  • Queda tan poco y está tan cerca el objetivo que lo ocurrido en Oviedo ha dolido mucho

  • El Granada mantiene su ventaja con respecto a Albacete

El gol de Ibra dejó a los granadinistas congelados

El gol de Ibra dejó a los granadinistas congelados / Lof (Oviedo)

Estaba todo bajo control en la capital del Principado. Eso también creía Felipe II cuando mandó a la Armada Invencible a invadir al inglés y no a luchar contra los elementos.

Pero las circunstancias también cuentan y un error de Germán en el control del balón convirtió una jugada que tenía toda la pinta de ser intrascendente y una fatídica acción que mandó al fondo del mar dos de los tres puntos que el Granada tenía en su haber. Sólo faltaban dos minutos más el añadido de rigor para que el colegiado De la Fuente Ramos, alias ‘el tarjeteador’, decretara la conclusión del choque en el nuevo Carlos Tartiere. ¡Para tirarse de los pelos!

Las cuentas

Esos tres puntos que estaban casi en la mano no aseguraban, ni mucho menos, el ascenso directo a Primera División, pero sí despejaba un poco el camino. Sobre todo porque incrementaba el margen de error de los pupilos de Diego Martínez para mantener la segunda plaza en los cinco encuentros que restan para la conclusión de la liga regular.

El Granada al final no pasó por encima del Oviedo. El Granada al final no pasó por encima del Oviedo.

El Granada al final no pasó por encima del Oviedo. / Lof (Oviedo)

El Albacete, esa mosca cojonera para los rojiblancos en este tramo de la liga, se quedaba a cinco puntos. Y el Mallorca, ese equipo que sin hacer demasiado ruido se ha metido de lleno en la pomada de la lucha por el ascenso, estaría a seis a día de hoy. Pero ese inesperado e indeseado gol del oviedista Ibra ha dejado esos dos bonitos guarismos en unos más sosos tres y cuatro puntos, respectivamente, en los que el Granada aventaja a sus dos más inmediatos perseguidores.

Quedan quince puntos por disputarse –¡todo un mundo!– y las cuentas son otras porque, hay que recordarlo, la mala suerte y los elementos varios también cuentan, en este caso, muy a nuestro pesar.

La buena suerte

Sería recomendable que los errores en tierras asturianas –en Gijón fue nada más empezar y el Oviedo, casi a punto de terminar– que han privado al Granada de al menos tres puntos hayan servido para colmar la dosis de mala suerte de los rojiblancos. Quizá sea el turno de que la fortuna se vista de granadinista. No estaría de más para un equipo que en líneas generales está realizando una más que buena temporada. Dicen que la suerte es para quien la busca y vive Dios que el juego del Granada es de lo más serio que hay en la Segunda División.

Ideas claras

El Granada supo en todo momento lo que se hacía en el Carlos Tartiere. Sin florituras, cocinó a fuego lento al Oviedo, al que mantuvo a raya durante todo el primer tiempo.

Tras el paso por los vestuarios, los rojiblancos dieron un paso al frente, Fede Vico inauguró el marcador, la retaguardia granadinista demostró su buen hacer y uno de los asistentes estuvo demasiado fino para levantar el banderín y anular un gol de Ramos por un más que dudoso fuera de juego y que hubiera sido definitivo. Faltó ese tanto y sobró el error de Germán, al que nada se le puede achacar.

La vista, al frente

Agua pasada ya no mueve ningún molino. Y al Granada seguro que le queda mucho por hacer. A falta de cinco jornadas, cinco finales, la realidad es que los de Diego Martínez tienen ventaja sobre Albacete y Mallorca, dos equipos que en sus cuentas está el partido en el que ambos han de recibir a los rojiblancos.

Lo de no hacer números servía hace cuatro o cinco semanas, pero a día de hoy ¿quién se resiste a no hacerlos? La Primera División está tan cerca y a la par tan lejos que cualquier detalle puede jugar a favor o en contra. Lo que no mengua es la confianza en un grupo cuya profesionalidad está más que demostrada.

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