El Granada CF empató este jueves ante el Málaga (1-1) en La Rosaleda, donde cortó su racha de ocho partidos a domicilio sin marcar con una diana de Callejón en el segundo tiempo que sirvió para igualar la firmada en la primera parte por Rubén Castro.

No pudo poner fin a la de encuentros sin ganar fuera, que dura desde la primera jornada. Merecieron más los de Paco López, que firmaron su mejor actuación a domicilio, aunque no sumaron los tres puntos por la falta de acierto, especialmente en un brillante amplio tramo del primer tiempo.

Fue un emocionante e interesante duelo andaluz pasado por agua antes y al final que disfrutaron miles de granadinistas que no vieron ganar a los suyos, pero que seguro volvieron satisfechos con lo mostrado.

Séptimo de nuevo en la tabla por no vencer, mas a cinco puntos de un ascenso directo que marca el Burgos, visitante el domingo en el Nuevo Los Cármenes.

Pese a la opción de que pudieran tener hueco lesionados como André Ferreira, Torrente, Bodiger o Antonio Puertas, el técnico Paco López formó de inicio con un once de campanillas, de esos que cualquier aficionado elegiría para jugarse las habichuelas.

El Granada firmó una magnífica primera media hora, especialmente entre el minuto 5 y el 25. Hizo lo que todo entrenador desea que haga su equipo: dominó, neutralizó al rival hasta avasallarlo por momentos, jugó muy bien al fútbol y, lo más importante, dispuso de varias ocasiones clarísimas. Bueno, lo más importante es acertar en esas ocasiones, que es justo lo que no ocurrió.

Los rojiblancos robaban una y otra vez en la medular y llegaban en oleadas, a veces hasta en superioridad numérica. El claro ‘marrador’ de opciones fue Uzuni, que cuando el Granada juega fuera se convierte en el futbolista fallón y dubitativo ante el gol de la pasada campaña.

Melendo le puso un caramelo en el minuto 12 que no acertó a cabecear en condiciones. Después, tras un chut lejano de Callejón a las manos de un acertado Yáñez, el meta le ganó al albanés en un mano a mano.

La tercera clarísima de Uzuni en cinco minutos llegó en el 17, cuando libre de marca en el área pequeña no acertó a rematar en condiciones el pase de Jorge Molina. Los miles de granadinos situados justo en esa portería no se lo podían creer. Los que lo veían por la tele tampoco.

Ya superado el ecuador del primer tiempo, volvió a chutar el albanés a las manos de Yáñez. Poco antes, un remate de Jorge Molina acabó en córner. Inaudito que el atacante no atinara para finalizar bien una preciosa jugada del Granada.

El partido era de 0-3 claro, pero el electrónico reflejaba un 0-0 que pronto pasó a ser 1-0. El Málaga sólo encontraba salida y relativa claridad por la izquierda con Fomba. Le sacó una amarilla muy pronto a Ricard, casi siempre poco ayudado por Melendo y los medio centros.

Tuvo que trabajar Raúl Fernández a la media hora ante el disparo de Aleix Febas. En el minuto 36 repelió bien el tiro de Rubén Castro, que no perdonó solo unos segundos después con un chutazo desde fuera del área que entró por toda la escuadra. Todas estas acciones nacieron en Fomba.

Al Granada le costó más llegar en el segundo tiempo ante un Málaga que metió cemento con N’Diaye y se rearmó atrás modificando el dibujo y tratando de juntar más sus líneas.

Buen fútbol

Los de Paco López, no obstante, encontraron huecos por lo que penetrar con un buen fútbol. Ricard chutó a las manos de Yáñez, hubo una muy buena ocasión de Jorge Molina, tras fantástico balón de Melendo, que no puedo superar en un forzado mano a mano a Yáñez, y Ricard tiró fuera en una acción en la que hubo un claro penalti por agarrón a Callejón. El VAR se tomó el festivo de descanso.

El merecido empate llegó superada la hora de juego. Jorge Molina tiró el enésimo desmarque de apoyo, Melendo se inventó otro buen pase filtrado y Callejón tuvo el aplomo y la inteligencia que estaban faltando a los atacantes al recortar y rematar al sitio justo.

El técnico del Granada, justo tras el 1-1, metió oxígeno en la derecha con Quini y Bryan Zaragoza por Ricard y Melendo.  Poco después entró Alberto Perea por Jorge Molina, por lo que Uzuni y Callejón acabaron como dúo de puntas.

Justo antes de abandonar el terreno de juego, el veterano atacante rozó el 1-2 con un tiro que hizo trabajar de nuevo a Yáñez. No obstante, el empate espoleó a un Málaga que volvió a animarse a irse arriba con varias acciones seguidas a balón parado.

El árbitro, que no había visto el claro penalti a Callejón, se inventó pena máxima en una caída de Loren ante Rubio. El VAR, que no estaba de festivo, intervino para que el árbitro anulara su decisión. Sí que pudo marcar poco después Lorenzo, que remató a la red por fuera.

La sensación en los últimos minutos es que el empate valía a los dos, pero también que los dos querían buscar el triunfo hasta el final. La más clara en el añadido la tuvo el Granada, con otra falta directa de Callejón que se estrella en el larguero. Alberto Soro, que como Arezo entró en el epílogo, y Meseguer también dieron trabajo a Yáñez ya en el minuto 96.