El Granada CF logró en Huesca algo más que tres puntos
El futuro se ve ahora algo mejor en el Granada CF. Logrado el primer triunfo de la temporada, aunque eso no supone que el cuadro rojiblanco salga de los puestos de descenso, los de Pacheta respiran más tranquilos. Y eso se pudo ver en la celebración de los victoria lograda en Huesca, en la que la alegría se desbordó. Los futbolistas, muy jóvenes y en muchos casos inexpertos en la categoría, se han quitado un enorme peso de encima.
Al fin sumaron tres puntos de una tacada. Fue a la séptima jornada en un duelo serio en el que, por fin, dejaron la portería a cero. Un equipo con las carencias del Granada CF, que son evidentes, debe basarse en la fortaleza defensiva en una categoría como la Segunda División, donde no hay grandes equipos en su mayoría, pero sí muy trabajados y ordenados. Pero ahora llega un nuevo reto.
El calendario
En las últimas cuatro fechas del campeonato, los rojiblancos han disputado tres a domicilio y en ninguna salida han perdido. Sumaron un empate en Málaga y Burgos y en El Alcoraz se llevaron la primera alegría de la temporada. Cinco puntos de nueve posibles que lo sitúa en mitad de la tabla en lo que se refiere a la clasificación como visitante, pero que tiene que hacerlos buenos en las próximas cuatro citas. Y es que en esta ocasión el calendario, a priori, es benévolo para los de Pacheta. Al menos, por jugar tres de esos cuatro envites en Los Cármenes, donde aún no ha puntuado al caer ante Deportivo, Mirandés y Leganés. Toca cambiar la dinámica ante unos aficionados que, a buen seguro, los apoyarán el próximo sábado ante el filial de la Real Sociedad B.
La unión
Si alguna conclusión se pudo sacar del choque en tierras aragonesas, es que el vestuario está unido. En los minutos previos al final del duelo, los jugadores estaban casi todos de pie esperando el pitido final de Arcediano Monescillo. Con los tres puntos en el bolsillo, los futbolistas se reunieron sobre el césped y lo celebraron con los aficionados granadinistas que acudieron en Huesca como si hubieran logrado un ascenso. Hasta el técnico declaró en rueda de prensa que pocos triunfos le emocionaron tanto.
El trivote
Lo que sí parece claro es que Pacheta ha dado con la tecla en cuanto al sistema a emplear. Tras probar con tres centrales y dos carrileros y no tener la consistencia defensiva que ese dibujo debería otorgar, el hecho de contar con seis centrocampistas a su disposición ha hecho que se haya decidido por tres futbolistas en la medular, todos ellos con características distintas. Eso permite tener algo más de control de los partidos, estar más juntos y no sufrir tanto, aunque tanto en Burgos como en Huesca el rival tuvo opciones para haberse llevado el partido.
Solidez
En el nuevo esquema, hay un nombre que, en menos de un mes, ya es uno de los líderes del vestuario. Se trata de Rubén Alcaraz, que lleva dos titularidades y está demostrando tener el oficio y la experiencia suficiente para ser clave en el equipo. Desde el pivote defensivo, otorga equilibrio y aporta personalidad. De hecho, terminó siendo el capitán con la salida del campo de Sergio Ruiz. Un ejemplo palpable de la confianza que tienen tanto el entrenador como sus compañeros en él.
Arnaiz
Sin embargo, no todos han caído de pie en el club...al menos hasta el momento. Uno de ellos es, probablemente, el futbolista con más caché de la plantilla. Se trata de José Arnaiz, que no es titular desde la tercera jornada y en las dos últimas ni siquiera ha saltado al terreno de juego. Calidad es evidente que tiene, pero con el nuevo dibujo, o juega en una banda dejando fuera a Faye, que es el máximo asistente, o Álex Sola que está siendo de los más destacados. Se tendrá que acostumbrar a un papel secundario en un equipo con pocos jugadores con su bagaje en Primera División y aprovechar la oportunidad que le dé el cuerpo técnico.
La reivindicación
El que dijo “aquí estoy yo” en El Alcoraz fue Luca Zidane. El guardameta fue decisivo con un par de paradas de mucho mérito. De hecho Sergi Guilló, técnico del Huesca, lo destacó al término del encuentro. Zidane mantuvo vivo a su equipo, pero ahora habrá que ver cómo lo recibirá su afición pues en la última cita que defendió el arco en Los Cármenes, ante el Mirandés, terminó siendo pitado cada vez que tocaba el balón.
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