Son muchas las ocasiones que ha desperdiciado el Granada CF para alejarse del descenso. Este domingo ante el Levante en un choque clave para casi descartar a un rival, no sólo lo dejó vivo sino que recibió una goleada (1-4) que deja en la picota al técnico Rubén Torrecilla. Los rojiblancos nunca tuvieron opciones ante un equipo que va al alza y que tuvo las ideas mucho más claras sobre el terreno de juego.

Los aficionados que acudieron al Estadio Nuevo Los Cármenes por momentos creyeron que el duelo, en su primera mitad, era la repetición de la cita ante el Rayo Vallecano. Si por algo ‘destacó’ el conjunto de Torrecilla fue por los problemas defensivos y los nervios en unos primeros 45 minutos para olvidar.

Primeros avisos

Y se vio desde el primer minuto. A los cinco segundos, una falta de Germán al borde del área, otorgó una gran ocasión de libre directo que Morales no aprovechó. En el 5’, una contra levantinista no fue culminada gracias a una gran acción defensiva de Quini, que mandó a córner el cuero cuando Son se disponía a fusilar a Maximiano. Y la tercera oportunidad llegó tras el saque de esquina que se ‘comió’ toda la zaga y que dejó solo a Morales que disparó con todo a favor pero de nuevo Quini evitó el 0-1.

La grada no podía creerse que, con lo que se estaba jugando su equipo, el arranque fuera tan pésimo. Pero es que el resto del primer acto no mejoró en exceso. Y más cuando, pasado el cuarto de hora, el Levante se puso por delante. Un envío en largo para Morales, que al espacio trajo en jaque a la zaga rojiblanca, permitió al capitán granota, tras regatear a Víctor Díaz, ceder atrás a Dani Gómez que tan sólo tuvo que empujar el esférico al fondo de las mallas.

Pitada

Llegó la primera pitada de la afición, muy disconforme con el juego de su equipo. Y es que los de Torrecilla estuvieron a merced de un rival bien ordenado que tuvo muy pocos problemas atrás. Sobre todo porque el Granada CF estuvo muy partido sobre el verde. Petrovic y Milla estaban en inferioridad numérica en el eje y arriba los balones no le llegaban a Antonio Puertas, Machís y Jorge Molina.

Los rojiblancos tuvieron muchos problemas para frenar al levantinista Morales

De ahí que el único argumento ofensivo de los locales fuera buscar a Machís y que el venezolano hiciera la guerra por su cuenta. Así llegó una ocasión en el 22’ que salvó Cárdenas. La respuesta llegó 120 segundos después por medio de Morales, que quiso picar ante la salida de Luís Maximiano y aprovechar un gran pase interior de Dani Gómez, la dupla atacante de los de Lisci que hizo mucho daño.

La afición solicitó la dimisión de Patricia Rodríguez, directora general del club.

La pausa de hidratación, fruto del calor que hacía, calmó algo los ánimos ofensivos de los valencianos. Pero su rival no lo aprovechó para mejorar sus prestaciones. Y eso que pudo empatar antes del descanso a balón parado. Un libre directo a tres metros de la frontal lo estrelló Sergio Escudero al larguero. Antes del pitido que mandó a los futbolistas a los vestuarios, Miramón pudo hacer el 0-2 pero ‘Maxi’, una vez más y van muchas veces ya esta temporada, mantuvo a su equipo en el partido con una gran intervención. Con muy malas sensaciones se llegó a un receso en el que los de Torrecilla tenían que cambiar su imagen si querían, al menos, sumar.

Cambio de dibujo

El técnico dejó en el vestuario a Víctor Díaz para dar entrada a Álex Collado y cambiar el dibujo con cuatro atrás. Hubo un atisbo de reacción y Jorge Molina pudo acortar distancias y meter en el partido a su equipo. Pero el punto de inflexión llegó en la siguiente acción. Morales centró junto a la línea de cal, Germán fue a tapar y puso su bota para interceptar el balón. Con la inercia del golpeo el azulgrana recibió un golpe en la tibia. El juego siguió pero el VAR avisó a Pizarro Gómez de un posible penalti. Acudió a la pantalla y decretó la pena máxima que llevó acompañada la segunda cartulina amarilla para el central. El propio Morales no falló y puso una distancia insalvable.

Agonizando

Con uno menos, los de Alessio Lisci jugaron a placer. La grada se centró en el colegiado y sus decisiones, pero la realidad es que su equipo estaba agonizando sobre el terreno de juego. Con más corazón que cabeza, los rojiblancos buscaron ese tanto que les permitiera seguir soñando con puntuar. Y la tuvo Jorge Molina pero Cárdenas evitó, con una gran intervención, el 1-2. Un minuto después, y fruto de los riesgos que el Granada CF tuvo que asumir, Malsa puso la puntilla en el 77’ a pase de quién sino, Morales.

Roberto Soldado volvió a Los Cármenes y cerró el marcador aunque no lo celebró

La afición, resignada, comenzó a desfilar camino de casa. La cita estaba finiquitada pero aún restaban emociones por vivir. Por ejemplo, la entrada al terreno de juego de Roberto Soldado que fue aplaudido en su mayoría aunque también hubo quien lo pitó. El valenciano tuvo el 0-3 a siete del final. Mucho más clara fue la que tuvo Isma Ruiz con todo a su favor con el tiempo cumplido.

Goles y pitos

Sin embargo fue Álex Collado en el descuento el que batió por fin a Cárdenas para maquillar un resultado que no quedó ahí pues, como era previsible y muchos de los que acudieron a Los Cármenes presagiaban, Soldado tenía que marcar ante su exequipo y así lo hizo cerrando un choque para olvidar. El que fuera capitán rojiblanco no lo celebró pero eso fue lo de menos.

Lo importante estaba en la grada donde los seguidores solicitaron la dimisión de la directora general Patricia Rodríguez. Todo lo que no sea tomar alguna decisión significará dejadez por parte de los que mandan en el Granada CF, bien sea desde China o desde la capital granadina. Y el miércoles se visita el Wanda Metropolitano. Mientras tanto, en 2022 se sigue sin ganar en casa. El conjunto de Torrecilla se inmoló en Los Cármenes...una vez más.