El Granada CF, el mejor equipo de Segunda en el último mes de competición
Pacheta dijo al término del encuentro del pasado viernes en Andorra que a él “la clasificación le da exactamente igual ahora mismo”, y que lo importante eran “las sensaciones que mostraba su equipo”. Y lo cierto es que el burgalés tiene parte de razón. En Segunda División, una categoría muy larga, igualada y donde ningún equipo es muy superior al resto, lo importante llega a final de temporada. Son muchos los ejemplos de conjuntos a los que les costó mucho arrancar, pero que cogieron una dinámica positiva y con el paso de las jornadas fueron ascendiendo hasta llegar a jugar play off e, incluso, ascender.
El objetivo del Granada CF esta campaña es evidente que es no sufrir en exceso para mantener la categoría. Pero, hasta el momento, es el que equipo que marca el descenso a Primera RFEF con diez puntos en otras tantas jornadas de liga. Y eso que en el último mes de competición es, numéricamente, el mejor de los 22 que integran la Segunda. Y es así gracias a su mejora defensiva, que le ha llevado a sumar ocho puntos en las últimas cuatro jornadas, algo que tan solo han conseguido cuatro equipos más, pero éstos no tienen los guarismos de goles encajados de los rojiblancos.
El mal inicio de temporada con un mes de agosto para olvidar, en los que perdió los tres partidos, dos de ellos en Los Cármenes y encajando ocho goles, ha dado paso a otro tramo de la temporada en la que la imagen del equipo es muy distinta. El problema es la escasez de efectivos en la zona atacante. El Granada CF no tiene un hombre gol que marque las diferencias o, al menos, que aproveche las ocasiones que el equipo genera. Ni Jorge Pascual ni el ahora lesionado Bouldini, los dos únicos delanteros con los que cuenta Pacheta en su plantilla (un grave error en la planificación deportiva) han anotado aún y eso pesa y se nota en la tabla clasificatoria.
Aún así, en los últimos cuatro duelos sus números invitan a cierto optimismo. Su balance goleador es de +4 gracias a los seis tantos anotados y los dos encajados. De ellos, cinco los marcó en un mismo partido, ante la Real Sociedad B cuando ya iba ganando 5-0 a la media hora y bajó el pistón. De hecho, los dos encajados fueron en dicho choque ante el filial donostiarra. Eso significa que en tres de esos cuatro duelos no ha visto perforada su portería, un aspecto clave.
Y es que los rojiblancos están creciendo en su juego desde la defensa. El técnico ha dado con el sistema que más se adecúa a las cualidades de sus futbolistas. Una línea de cuatro atrás que apenas ha movido en el último mes de competición y en la que Diallo ha dado la consistencia en la banda izquierda que se necesitaba. Pau Casadesús, pese a no ser un lateral brillante, cumple, y en el centro de la zaga, Oscar Naasei comienza a demostrar todo lo bueno que se presagiaba que tenía y Manu Lama se ha convertido en una pieza fundamental. Es más, Loïc Williams está actuando como tercer central cuando la pasada campaña era esencial en el engranaje defensivo.
Todos ellos están ayudados con un trivote en la medular en la que Rubén Alcaraz ha cogido galones y gana muchos duelos, corta numerosos balones y da el equilibrio que todo equipo necesita. Con esa base, los de Pacheta acumulan 220 minutos más los correspondientes descuentos sin encajar un gol, lo que le ha permitido, desde el pasado 28 de septiembre, ser el mejor conjunto de la categoría. Con los mismos puntos logrados, ocho, se encuentran el Almería, Ceuta, Albacete y Córdoba, pero la diferencia entre goles a favor y en contra beneficia a los rojiblancos. Se cortó la sangría de tantos encajados. Ahora falta mejorar el aspecto ofensivo. Y el cuerpo técnico granadinista lo sabe.
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