La Resaca | Sporting - Granada

El Granada siembra dudas antes del 'Tourmalet' de abril

Pol Lozano y Weissman presionan a un rival.

Pol Lozano y Weissman presionan a un rival. / Agencia LOF (Gijón)

Esta vez, el Granada no ganó. A diferencia de los encuentros contra Málaga, Ponferradina u Oviedo, donde los rojiblancos ofrecieron una imagen similar pero sí se consiguió puntuar -lo que hace que prácticamente se olvide el nivel de juego- en el Molinón, el destino le tenía preparado un camino diferente a los de Paco López.

Los nazaríes tenían una oportunidad de oro de asaltar el liderato tras el empate del Eibar ante el Real Oviedo en el Tartiere, además de aumentar la renta de puntos y seguir manteniendo distancias respecto a sus perseguidores.

Lo cierto es que el encuentro ante el Sporting de Gijón fue un reflejo de lo que se vio en Los Cármenes ante los rivales anteriormente citados. El Granada no compareció sobre el verde durante los primeros 25 minutos, dominado por un equipo repleto de bajas que encontró el premio a la insistencia tras varios avisos en una jugada a balón parado. En lo que antes reinaban los rojiblancos, consiguiendo récords y todo tipo de alabanzas, es ahora una endeblez que aprovechan los equipos, sabedores de la debilidad del Granada en este tipo de jugadas.

Señalados

Tras el partido, y como es de costumbre, la afición granadinista se despachó por las redes sociales. En ese intercambio de pareceres aparecieron varios nombres como el de Yann Bodiger, Pol Lozano o Shon Weissman.

El caso es que el centro del campo nazarí no ha casado. Esa pareja Lozano-Bodiger desesperó una vez más y los seguidores piden explorar otras ideas. No será por falta de efectivos, pues algún día alguien tendrá que explicar qué hacen Njegos Petrovic y Víctor Meseguer sentados en el banquillo durante los noventa minutos. Por cierto, al serbio se le vio visiblemente molesto tras no saltar al verde del Molinón tras estar calentando toda la segunda mitad haciendo gestos ostensibles y golpeando una botella de agua.

El caso es que el rol de Bodiger carece de sentido y Lozano alterna actuaciones muy destacadas -como en Albacete- con partidos en los que no suma.

Es hora de abrir también el melón de Weissman. El israelí llegó como la salvación para el problema del gol. Convenció con el gol ante el Villarreal ‘B’ y nada más se le puede reseñar más que la recuperación del balón que supuso el gol al Málaga.

Un delantero, además de goles, te puede aportar más cosas sobre el terreno de juego, como se pudo ver en sus primeros partidos como rojiblanco, pero el caso es que su rendimiento empieza a preocupar. Ante el Sporting aportó poco o nada. Eso Paco López sí lo ve y suele ser de los primeros cambios del equipo. Incluso ya le sentó en el banquillo, como en el encuentro ante la Ponferradina, cuando Jorge Molina ocupó la titularidad.

Hace falta un tirón de orejas. Es cierto que en este tramo de temporada puede que prime más jugar con el corazón a acertar en aspectos tácticos, pero de ‘uys’ no se puede vivir y varios jugadores necesitan dar un paso al frente.

Toque de atención

El caso es que el equipo parece amilanarse cada vez que tiene la oportunidad de dar caza al Eibar y situarse líder de la categoría. Otra oportunidad derramada con una primera parte que, tal y como dijo Paco López en rueda de prensa, tiraron “por los suelos”. Si esta derrota sirve como toque de atención a lo que viene, bienvenida sea.

Está claro que el equipo rojiblanco desperdició en Gijón la posibilidad de asaltar el liderato de Segunda. La derrota por 1-0 hace que se mantenga tres puntos por debajo del cuadro armero, primer clasificado una jornada más.

El Granada, segundo ahora con 61 puntos, seguirá en esa plaza, si este lunes no gana Las Palmas en Albacete. Los insulares tienen 59 puntos y sólo superarían a los rojiblancos con un triunfo.

Un empate o un triunfo del Albacete en ese choque mantendría segundo al Granada, que la próxima jornada volverá a jugar fuera al tener que visitar al Real Zaragoza.

Restan ocho finales y el equipo debe ser consciente de todo lo que hay en juego, sobre todo este mes de abril. No se pueden permitir relajaciones y ahora más que nunca deben apretarse el cinturón para lo que está por venir.

El Molinón, clave

También fue clave en algunos tramos de partidos la presión del Molinón. El equipo asturiano se juega la permanencia y su afición lo sabe. También lo sabían los rojiblancos, aunque como dijo Paco López, no se esperaba que fuera así. "Nos recordó a la afición del Granada", confesó el técnico.

Esa comunión equipo-afición ayudó en cierto modo a un equipo plagado de bajas para sumar tres puntos que son muy importantes para mantener la categoría.

Unidad

A pesar de todo, la afición rojiblanca sabe que este mes de abril será clave para marcar el devenir del campeonato. Lo de Gijón, un bache. Lo demás, una oportunidad de demostrar esa unidad e identificarse con un equipo que debe dar argumentos también a sus seguidores para creer en el ascenso.

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