Málaga CF-Granada CF | La pizarra

El Granada CF hace casi todo lo que hay que hacer para ganar menos lo más importante

Ricard encara a Ramalho en el duelo ante el Málaga.

Ricard encara a Ramalho en el duelo ante el Málaga. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Málaga)

El Granada CF volvió a sumar a domicilio y marcó. Esa es la mejor noticia de un partido ante el Málaga CF en el que tuvo numerosas ocasiones de gol pero que no supo aprovechar. Los rojiblancos merecieron más pero su escaso acierto ante el caro rival de nuevo los penalizó.

Pese a que el próximo domingo visitará el Estadio de Los Cármenes el Burgos, Paco López no reservó ninguna pieza en La Rosaleda y sacó prácticamente el mismo once inicial que se impuso al Alavés con la excepción del regreso en la portería de Raúl Fernández. Un 1-4-4-2 con Callejón y Melendo partiendo de banda y con Uzuni y Jorge Molina como hombres más adelantados.

Llegadas constantes

La primera media hora fue muy buena de los de Paco López. Con un Málaga muy mal situado sobre el terreno de juego, los rojiblanco tuvieron una gran circulación de balón en el centro del campo. Los espacios que dejó el cuadro de Pepe Mel en la medular lo aprovecharon a la perfección los rojiblancos, que conectaron muy bien con Uzuni, que gozó de hasta tres ocasiones claras de gol.

Tiempo para pensar

La nula presión malacitana permitió a Petrovic y Víctor Meseguer tener mucho tiempo para pensar y eso benefició a los jugadores de la línea atacante. Pudieron conectar con Melendo y éste con Uzuni, Callejón y Jorge Molina, y a partir de ahí gozar de oportunidades pero, como casi siempre fuera de casa, no se aprovecharon.

El factor Molina

Con Aitor Karanka jugaba casi siempre entrando desde el banquillo. Pero con la llegada de Paco López ha cambiado su rol en el equipo. La sola presencia de Jorge Molina genera mucho para sus compañeros. Para empezar, fija a los centrales y eso hace que sus compañeros de ataque aprovechen sus dejadas, puedan sorprender desde atrás y lleguen desde segunda línea al área rival. Tuvo un par de acciones peligrosas, pero no entraron. Ya entrarán.

Lo de siempre

Pero en los guiones de los partidos del Granada CF está escrito que hay que fallar ocasiones y el rival no hacerlo. Y así ocurrió con el golazo de Rubén Castro desde la frontal. El veterano delantero avisó previamente y en la segunda que tuvo adelantó a su equipo. La afición granadina no se creía lo que estaba viendo, pero sí, su equipo de nuevo iba perdiendo fuera de casa.

Misma tónica

El arranque del segundo acto varió poco. Primera clara ocasión fallada. El Málaga, que hizo dos cambios, ganó mucho en el eje con N´Diaye. Pero Melendo comenzó a sentirse cómodo y desde ahí el Granada CF creció. Tanto, que gracias a un pase suyo logró empatar y romper una racha de más de siete encuentros y medio, en torno a 800 minutos sumando los descuentos, sin marcar a domicilio.

Los cambios

Pero fue marcar y el técnico de Silla retiró a Melendo del campo y su equipo lo acusó y mucho. También se marchó Molina. Dos cambios que no ayudaron a seguir teniendo el dominio pues el Málaga se fue hacia arriba pero, afortunadamente, no volvió a marcar. Al margen queda el claro penalti por agarrón a Callejón que ni el colegiado ni el VAR estimaron punibles. Menos mal que en una acción de Loren en la recta final, el VAR sí hizo su trabajo y anuló un inexistente penalti. No habría sido justo. Entretanto, el Granada CF siguió fallando ocasiones como la que tuvo en el último minuto, con todo a su favor, Soro de cabeza. Es el sino de este equipo fuera de casa: no es ganar. Los números están ahí.

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