Granada CF-Manchester | La pizarra

La polémica entierra el trabajo del Granada CF ante el United

  • Un riguroso penalti en el último minuto eclipsa un cuidado plan de partido de los rojiblancos

El United demostró su superioridad durante el encuentro.

El United demostró su superioridad durante el encuentro. / Antonio L. Juárez / Photographerssports (Granada)

"Con mis jugadores se puede ir al desierto". Así definió Diego Martínez al histórico plantel que tenía (y aún tiene) enfrente disputar unos cuartos de final de UEFA Europa League contra el todopoderoso Manchester United.

En la ida, en un tristemente vacío Nuevo Los Cármenes, el técnico vigués recabó entre la pampa un pequeño oasis deportivo en un páramo que se presumía dominado por diablos rojos. Pudo contar, contra pronóstico –el club no dejó clara su disponibilidad– con la novedad en el once del lateral Carlos Neva.

El Granada intentó hacer su partido El Granada intentó hacer su partido

El Granada intentó hacer su partido

El resto de la formación titular no contó con sorpresas: Víctor Díaz fue el lateral derecho, Puertas partió desde la derecha en detrimento de un mermado Machís y Soldado le ganó la partida a Jorge Molina como ariete titular.

Intensos

Las ganas de disputar el encuentro en las filas nazaríes se hicieron palpables desde el primer segundo. El Manchester United puso en juego el esférico desde el círculo central y no pasaron ni cinco segundos hasta la primera recuperación local.

Carlos Neva, que llevaba ‘fuera de juego’ desde el pasado 25 de febrero, arrancó veloz desde su costado y se hizo con la posesión. Presagio. Los primeros minutos el Granada CF adelantó sus líneas, mordiendo cuando recibían de espaldas jugadores como Rashford o Pogba, amedrentando, como queriendo dejar claro desde el inicio el lema del club.

'Red devils'

Los ingleses, cumpliendo con lo que se les pide a los equipos grandes, no alteraron su plan habitual en relación con quién tenían enfrente. Ole Gunnar Solksjaer salió con todo lo que tenía a su disposición –no reservó a Rashford pese a acabar tocado ante el Brighton– y planteó un partido con la posesión y leves retoques ofensivos.

Vítor Díaz despeja un balón. Vítor Díaz despeja un balón.

Vítor Díaz despeja un balón. / Antonio L. Juárez / Photographerssports (Granada)

Al comienzo, con el ‘arreón’ nazarí, replegaron y basaron sus ataques en salidas rápidas de balón con un denominador común: buscar a Bruno Fernandes para que el portugués intentase conectar con los extremos. Con el paso de los minutos y la lógica conversión a conjunto dominador, McTominay agarró con fuerza el timón del partido para generar espacios en la permuta con Pogba y la aparición de James y Greenwood.

De la calma al gol

Con la constante tenencia del balón el Manchester United no creó peligro. Divagó en la frontal y mareó la pelota contra un Granada CF que, metido en su área pero sin sufrir, mantuvo el orden y vivió minutos de sorprendente tranquilidad.

La lenta circulación de balón de los de Solksjaer dio alas al cuadro nazarí, que sólo se vio angustiado tras desperezarse y pisar área rival. El ataque de los granadinos, con pocos argumentos ofensivos, derivó en un saque de portería de De Gea que activó a Lindelof. El central sueco, pulcro en la salida, colocó un pase medido desde muy lejos en pies de Rashford, que no perdonó tras un control que evidenció su clase (0-1).

Guion y estrategia

Tras el gol, la incertidumbre. La diana de los ‘diablos rojos’ abrió un nuevo escenario que dejó al Granada sobre la cuerda floja. Los de rojo y blanco, sin miedo, jamás perdieron la cara al partido y siguieron el guion establecido a pesar del duro mazazo que significó el tanto del ‘diez’ red.

La principal fuente de acercamiento nazarí a las inmediaciones del arquero rival fue la estrategia. Los de Diego Martínez sacaron hasta once córners y, pese a inquietar a la zaga inglesa con balones bombeados por encima de Maguire y Lindelof, no consiguió crear peligro real. La aproximación más clara fue un centro-chut de Yangel Herrera que acabó estrellado en el poste izquierdo de De Gea.

Sólidos

Europa entera fue espectadora de lujo del trabajo, incansable, de los futbolistas del Granada CF. La lucha por el honor, innegociable, fue una constante. Diego Martínez, en su búsqueda por activar el partido, dio entrada a Machís y sostuvo el centro del campo con una omnipotente actuación de Yangel Herrera.

La desigualdad real

El elaborado hasta el detalle plan de partido del Granada CF sólo se vio afectado de (casi) muerte en el último minuto y con la auténtica desigualdad entre ambos equipos. El colegiado decidió pitar un más que riguroso penalti cometido por Eteki (difícil de imaginar al revés) y Bruno Fernandes, desde los once metros, agradeció el regalo culminando un cruel e injusto 0-2.

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