Real Sociedad-Granada CF | Crónica

El Granada CF pierda ante la Real (2-0) y da motivos para la preocupación

  • Cuarta derrota seguida y tercer partido consecutivo sin marcar del equipo rojiblanco, blando en defensa e inofensivo en ataque para caer con claridad ante una Real que gana con demasiada comodidad

Escudero y Januzaj pugnan por arriba por el balón

Escudero y Januzaj pugnan por arriba por el balón / Efe (San Sebastián)

El Granada CF sufrió su cuarta derrota consecutiva al perder este domingo por 2-0 ante la Real Sociedad en otro mal partido de los rojiblancos, blandos en defensa e inofensivos en ataque, lo que les lleva a enlazar tres choques sin marcar.

Hay motivos para preocuparse más allá de la mala racha y de que sólo sean ya cuatro los puntos de renta sobre el descenso. El equipo no transmite casi nada. Como ha ocurrido en todos sus últimos partidos, es claramente inferior al rival. Pierde justamente. Sin discusión.

El oponente gana más duelos, llega con más claridad, da siempre más sensación de equipo que un Granada plano, dubitativo, sin ideas en fases interminables en las que no sabe qué hacer, porque ni defiende con seguridad ni ataque con fe.

Los nuevos no han mejorado, por ahora, nada al plantel. Los importantes de la vieja guardia, los que sacaron las castañas del fuego en la crisis del inicio del curso, o no juegan o entran cuando ya está ‘el pescao vendío’.

Con este panorama es difícil ser optimista, aunque tampoco lo era casi nadie tras los siete partidos sin ganar del arranque del curso.

La primera parte fue de dominio claro de la Real Sociedad, que llegó con relativa comodidad a las inmediaciones de Maximiano, un día más el jugador rojiblanco más destacado y al que sólo pudo batir antes del descanso Oyarzabal de penalti.

El Granada no mejoró en el segundo tiempo, sin ser capaz de apenas crear peligro y recibiendo el gol de la sentencia en una contra cerrada por Rafinha.

Espejismo

Eso sí, igual que ocurrió hace siete días en el Bernabéu contra el Real Madrid, el Granada dispuso de un par de ocasiones clarísimas para adelantarse en el marcador. Ni esas dos opciones ni las dos o tres del final pueden ser árboles que tapen el bosque.

El 0-1 estuvo en las botas de Matías Arezo, debutante en el once, que acompañado de Luis Suárez se plantó solo ante un Remiro al que fue incapaz de superar en el mano a mano. Marró lo que no se puede fallar.

A renglón seguido llegó otra de Uzuni, que se hizo un lío cuando también estaba solo ante el meta local. Al final remató alto Gonalons.

Esos minutos de ocasiones y de control rojiblanco con largas posesiones fueron un oasis en el cómputo general de un primer tiempo en el que la Real Sociedad fue de menos a mucho.

Isak y Januzaj, ambos muy activos, hicieron trabajar a Maximiano superada ya la media hora antes de que el marcador se pusiera de cara para los donostiarras gracias a al penalti transformado por Oyarzabal (37’) tras una mano en el área de Domingos Duarte en un balón que había tocado justo antes Mikel Merino.

Vive el Granada esa época en que ni las decisiones arbitrales acompañan, porque seguro que para otro colegiado no hubiera sido pena máxima.

El gol lanzó a los locales y lo mejor que le pasó al Granada, muy tocado y venido a menos con el paso de los minutos, fue marcharse al descanso perdiendo sólo por 1-0.

Quini evitó el remate franco de Oyarzabal, Mikel Merino marró una acción clarísima en boca de gol y Maximiano volvió a negarle el gol a Isak antes del intermedio.

Reanudación

Variaron poco las tornas en el segundo tiempo, con la Real dominando igual que antes del descanso y metiendo con facilidad centros peligrosos. Llegaban los locales con una suficiencia tan pasmosa como preocupante.

Las bandas eran autopistas y todos los balones eran para los blanquiazules. En uno de los muchos centros al área casi marca de espuela Oyarzabal, y poco después también perdonó Januzaj.

Quini persigue a Oyarzabal en el partido Quini persigue a Oyarzabal en el partido

Quini persigue a Oyarzabal en el partido / Efe (San Sebastián)

El Granada trató de estirarse y llegaron los intentos, demasiado tímidos, de Uzuni y de Luis Suárez, que ni se pueden calificar como ocasiones, antes de que el albanés y Luis Milla dejaran su sitio a Puertas y Petrovic.

Por segundo partido consecutivo, el serbio fue elegido antes que Montoro. Dato para la reflexión.

El que sí rozó el gol claramente fue Januzaj, que se topó con otro paradón de Maximiano. De cara al futuro es bueno para el club que la cotización del luso aumente en cada partido; de cara al presente es chungo que sea jornada a jornada el más destacado, con diferencia, de los suyos.

Remiro intervino por primera vez en el segundo tiempo, y por segunda vez en el choque, a un tiro lejano de Álex Collado, demasiado intermitente.

Había, como poco, que igualar el choque, pero el Granada ni llegaba. Pasaban los minutos y lo único que transmitía era incapacidad, frustración e impotencia. Lejísimos del nivel deseado y exigible, pese a tener enfrente a una Real que apenas necesitó pisar el acelerador para sumar los tres puntos y acabar con su mala racha de 2022.

Robert recurrió, con menos ya de un cuarto de partido por delante, a Montoro, Jorge Molina y Rochina, poniendo en el asador casi toda la carne que le quedaba. El problema es que la barbacoa ya no tenía ascuas.

Muy tarde

No dio tiempo a comprobar la capacidad de reacción del Granada en el choque porque sólo unos segundos después (74’) sentenció la Real el partido con una contra que acabó con el tanto a placer de Rafinha tras asistencia de Oyarzabal. Pocas veces se vio a un equipo atacar con tanta facilidad.

Con el 2-0 se acabó el partido, pese a que los rojiblancos, este domingo con el verde del ridículo de Vallecas, lo siguieron intentando con ímpetu pero con muy poco fútbol hasta el final.

La Real se relajó de más y, al menos, pisó el Granada el área rival, aunque nadie apostaba un euro por la reacción visto lo visto.

Rochina se entretuvo antes de rematar, hubo un posible penalti sobre Puertas, que luego lo intentó de chilena, y Jorge Molina rozó el gol con la testa.

Los choques ante Villarreal y Cádiz, en el Nuevo Los Cármenes, se antojan cruciales porque es necesario cambiar la imagen y los resultados. De forma radical y con urgencia. Porque en caso contrario el futuro a corto y medio plazo será jodido.

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