Unos 50 aficionados rojiblancos acompañaron al Granada CF en Riazor.
Unos 50 aficionados rojiblancos acompañaron al Granada CF en Riazor. / Agencia LOF

Granada/El mundo del fútbol, y en especial los aficionados al Granada CF, son capaces de pasar de cero a cien en cuanto a ilusión en menos de una semana. Cuando el pasado lunes el conjunto rojiblanco cayó en casa ante el Eibar en un mal partido, los cánticos en contra de los responsables del club y sus propietarios fue una constante al término del choque. Todo se veía negro. La dirección optó por destituir a Fran Escribá, contrató dos años y los partidos que restan de esta campaña a Pacheta y, oh sorpresa, hasta se dio una rueda de prensa del director general, Alfredo García, aunque solo para tratar temas deportivos. Eso sí, la afición se quedó sin poder escuchar vía Youtube la despedida de Escribá. No vaya a ser que las críticas que realizó el valenciano afectara a la imagen de más de uno.

Pacheta cogió el mando y volvió a ilusionar con su discurso a los hinchas granadinistas. Sin embargo, había que demostrarlo en Riazor y, sobre todo en la primera mitad, el ‘nuevo’ Granada dejó pinceladas de lo que quiere el técnico burgalés, todo un personaje cuando habla ante los medios de comunicación, pero que tiene las ideas muy claras. Se lograron tres puntos que vuelven a meter a los rojiblancos en la lucha por la sexta plaza, por la que pelea también el Huesca y el Almería. Pero, al menos, las sensaciones fueron mucho mejores sobre todo en los primeros 45 minutos.

La ambición

El que acudió a La Rosaleda y salió decepcionado por la escasa ambición del equipo entonces entrenado por Escribá, no entiende cómo, quince días después, puede haber ese cambio de actitud en el mismo grupo de jugadores. En Riazor, los rojiblancos salieron a morder desde el primer momento. La gran diferencia fue la presión alta que realizaron. Fueron a por el partido desde el minuto 1, algo que no sucedió en anteriores citas. Las estadísticas están ahí y en cuanto a llegadas al área, disparos, duelos...no hay color con respecto al choque ante el Málaga. Y eso es lo que, precisamente, enfada a los seguidores. Una actitud y un hambre que, de haberla tenido en gran parte de la temporada, no habría provocado tener que apurar los dos últimos partidos para meterse, al menos, en play off.

Ideas claras

Ante el Dépor, el Granada CF mordió en la presión, situó la línea defensiva muy arriba lo que supone un gran riesgo y asfixió al rival. Pero cuando superaba ese empuje, el objetivo era que los de Gilsanz no elaboraran, de ahí que la orden era hacer falta para interrumpir el juego y volver a ordenarse. En esa función fue importante contar con tres centrocampistas con distintas características. Sin Hongla sobre el campo, que en ocasiones es un verso libre pese a su importante posición, Sergio Ruiz, Gonzalo Villar y Manu Trigueros se entendieron a la perfección. El primero hizo el trabajo sucio, el segundo no condujo tanto y dio varios pases muy peligrosos, uno de ellos el del primer gol, y Trigueros hizo el 1-3 y le dio mucha continuidad al juego en la medular.

El mensaje

Desde la llegada de Pacheta a la entidad nonagenaria, su mensaje fue claro. Ganar al Deportivo. En la rueda de prensa posterior al choque no quiso hacer cuentas y declaró que ahora solo le preocupa el Castellón, último rival en Los Cármenes en la liga regular y, quien sabe, si de la temporada. Y es que el nuevo inquilino del banquillo rojiblanco, el decimoséptimo desde que está la propiedad china incluyendo los técnicos interinos, es consciente que si su equipo quiere pelear por el ascenso en el mes de junio, no le queda otra que sacar los seis puntos que restan y esperar. No hacer los deberes en su momento en lo que tiene.

El proyecto

Declaró el director general que la contratación de Pacheta es “un lujo para un proyecto de futuro”. Y es que sorprendió, y mucho, ya no solo que fuera el propio técnico el que reconociera que firmó por dos temporadas, sino la duración de su contrato. En un club como el que preside Sophia Yang, cuyo banquillo es de los menos estable del fútbol español, firmarle dos años se puede considerar, más que un lujo, una osadía. Al menos, si se termina la temporada dentro de dos semanas y no se prolonga con la promoción, se podrá trabajar con tiempo para formar una plantilla que tendrá numerosas bajas y que habrá que renovar debido a que los ingresos no serán los mismos que este curso. Le queda mucho trabajo a Pacheta por hacer. Mientras tanto, el granadinismo se ha vuelto a ilusionar y van...

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