Granada CF

La temporada 2023/2024 del Granada CF: Cuesta abajo y sin frenos

Pancarta de un aficionado en el partido ante la Real Sociedad

Pancarta de un aficionado en el partido ante la Real Sociedad / Photographerssports (Granada)

Tras un agitado mercado de fichajes invernal, en la que el Granada se asimiló a un probador de ropa, mucha gente entrando y saliendo, lo deportivo tampoco es que mejorara demasiado.

Sí que llegó la primera victoria del año y portería a cero de la temporada, el 2-0 al Cádiz. Un espejismo en toda regla, porque no volvió a meter un gol el Granada en ese mes. Perdieron 1-0 en el Villamarín, 0-1 frente al Atlético de Madrid y 2-0 frente al Getafe. 

Febrero

Mes de empates en el que el Granada sumó tres puntos en tres partidos. 1-1 en casa frente a Las Palmas, y después probablemente el mejor partido de los rojiblancos con el 'Cacique' en el banquillo: el 3-3 en Montjuic. Ay si Callejón no hubiera regalado ese balón a Lamine Yamal... Quién sabe si hubieran ganado al Barça, aunque no hubiera servido de mucho. Después, 'la reedición' del trofeo Ciudad de Granada, arrebatado al granadinismo en verano por un cambio en el césped de Los Cármenes -hay que ser oportuno- terminó con 1-1 entre los rojiblancos y el Almería.

Marzo

En este mes el aficionado perdió el ápice de esperanza que podría quedarle. El Granada salió vapuleado de La Cerámica tras el 5-1 del Villarreal, para después dejarse remontar por la Real Sociedad en casa en los últimos minutos de un partido que terminó 2-3. Después, dos derrotas en dos enfrentamientos directos contra los supuestos rivales por la permanencia, aunque el único rival de este Granada han sido quienes llevan sus riendas.

El 1-0 en Son Moix agotó el crédito de Alexander Medina, que se fue por la puerta de atrás y no será precisamente el técnico mejor recordado en el granadinismo, ya sea por su carencia de conexión con la grada y de mensaje o por el mal planteamiento táctico que afrontó en muchos partidos.

Otro 1-0 en el Nuevo Mirandilla ante un Cádiz que les devolvió el baño que le dieron los rojiblancos en el primer partido de 2024 supuso el debut de José Ramón Sandoval, que vino como 'hombre del club' para intentar adecentar un poco al equipo que ya se sabía carne de Segunda División.

Abril

Dicen que la primavera la sangre altera, pero en caso de los rojiblancos no había mucha sangre que alterar. Eso sí, al menos en este mes el aficionado pudo ver un juego vistoso de su equipo, e irse de Los Cármenes con una sensación alegre. Alguno incluso llegó a sacar el Excel. Además, Lucas Boyé volvió a ver puerta varios meses después con dos goles en abril. Comenzaron cayendo por la mínima en Mestalla, para después hacer un gran partido en casa ganando 2-0 al Alavés en los mejores días del equipo bajo Sandoval.

Después de eso, rascaron un meritorio empate en San Mamés, y vencieron al Osasuna 3-0 en el que fue uno de los mejores partidos esta temporada.

Mayo

El quinto mes del año ha sido toda una cachetada de realidad. Comenzaron arrastrándose por el Sánchez Pizjuán en un cómodo 3-0 de los de Quique Sánchez Flores, y cada jornada se convirtió en un intento de esquivar el descenso matemático. Pues este llegó antes de que saltara el Granada a enfrentarse al Real Madrid en casa en uno de esos 'días del club' que tanto han mermado, entre otras muchas cosas, la imagen de la directiva del Granada y sus componentes.

El Mallorca ganó a Las Palmas y los rojiblancos salieron al campo descendidos y con el ánimo por los suelos, algo que se notó en cuanto el Madrid metió el primero y comenzó el festival de Brahim Díaz y el conjunto blanco, que se proclamó campeón horas después con el pinchazo del Barça. Podría decirse que ese día terminó la temporada para la gran mayoría de la plantilla rojiblanca. Se fue el escaparate que ofrece la visita de los merengues y se certificó el descenso. Para qué seguir intentándolo, pensarían.

El equipo transmitió vergüenza ajena en Vallecas, de lo que solo se puede extraer el buen debut de Sergio Rodelas, canterano y granadinista, que no es poco. Algo parecido pasó en la despedida en casa frente al Celta, donde dijeron adiós Antonio Puertas y Víctor Díaz. O al menos lo intentaron, ya que su marcha ha sido desproporcionadamente discreta dado su status en el vestuario. Otra pifia más.

La guinda del pastel llegó este viernes en Montilivi, con la vergonzosa actuación del Granada en Girona el día que Dovbyk se autocoronó Pichichi de La Liga. Cuenta la leyenda que los catalanes siguen metiendo goles todavía. Despedirse así de Primera División y dejar esa imagen a tus aficionados en el último partido es simplemente lamentable. Ya es una cuestión de orgullo personal, y ese día escaseó en el vestuario nazarí.

Alivio

Es curioso que el aficionado haya sentido alivio al ver que termina la temporada. Como quién ve una película de terror en la que termina la tensa escena nocturna para dar paso a la tranquilidad del día, pero sabe que la noche y el miedo volverán a caer. Esa noche se llama Segunda División. 

Una categoría que se ha convertido en una verdadera jungla y de la que el Granada, aunque irrefutablemente haya estado en Primera, nunca pareció salir. Una afición de Primera cuyo club, cuyos jugadores y cuyo estadio no ha estado a la altura una vez más.

La temporada 2023/2024 será recordada como la peor de la historia en Primera de este equipo. Como la de la falsa promesa con los abonos, la de los fichajes inexplicables, la de la eliminación de Copa por alineación indebida, la del regalo de Samu Omorodion, la de la recogida de cable de Bryan Zaragoza, la del coladero defensivo con 79 goles en contra, la de la pasividad institucional ante el estado de Los Cármenes, la de la vergonzosa reanudación del partido contra el Athletic horas después del fallecimiento de un abonado en la grada, la de las declaraciones de Amado, la del récord de 16 derrotas como visitante y la del récord de jornadas en descenso.

Aunque para película de terror la que ha vivido el aficionado nazarí, es indudable que seguirán ahí. Por que este equipo es y será su gente, y el escudo lo lleva en volandas la grada. Ni los jugadores, que van ni vienen, ni la directiva, que muchos desearán que simplemente vayan (y no vuelvan). El Granada CF se levantará.

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