Sorprendió Diego Martínez de inicio con la presencia de José Antonio González en un centro del campo recientemente reforzado con la llegada de Ramón Azeez, quien llegó, se presentó, viajó y pasó frío en el banquillo del Sadar durante los 90 minutos de partido. Al técnico gallego no le tembló el pulso a la hora de reemplazar a Montoro, por segunda semana consecutiva, con el de Puente Genil, surgido del filial rojiblanco en la última temporada. Lo cierto es que lo ofrecido no fue malo, rayó a un buen nivel durante algo más de 70 minutos, pero su partido quedará marcado por un mal despeje en su propia área, cuyo balón acabó en los pies de Rubén García, quien hizo el tanto de la victoria para Osasuna.

El cordobés firmó una primera mitad de resolución de acciones correctas. En unos primeros 45 minutos donde los rojiblancos fueron superados en el centro del campo por su rival. Pese a ello, González fue el mejor del doble pivote conformado junto a Alberto Martín, e incluso se animó a dar varios pases en largo ante la falta de chispa mostrada durante los 90 minutos por Fede Vico.

La segunda mitad fue aún más positiva hasta la fatídica acción (78’). En el minuto 34 se atrevió desde la frontal con un lanzamiento que rebotó en un defensa navarro y acabó en córner. Pero su mejor aportación la ofreció como apoyo no sólo en el apartado defensivo, sino también en el ofensivo, dando opciones de pase a los hombres de banda y descolgándose con cabeza hacia la zona de ataque, algo de lo que el equipo careció frente al Extremadura con San Emeterio y Alberto Martín juntos.

Sin embargo, su acción en el 78’, que además le costó la lesión y su sustitución, le afearon una actuación que rozó el notable durante buena parte de 70 minutos.