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Las divisiones por el 'Brexit' se agravan a una semana de la votación

  • Corbyn califica el plan de May para salir de la UE como "el monstruo de Frankenstein" y la 'premier' confía en nuevas concesiones de los Veintisiete

Pruebas de tráfico en el puerto de Dover ante unos mayores controles fronterizos tras el 'Brexit'

Pruebas de tráfico en el puerto de Dover ante unos mayores controles fronterizos tras el 'Brexit'

El Reino Unido afronta la última semana antes de que el acuerdo del Brexit se someta finalmente a votación parlamentaria el próximo 15 de enero con las posturas de detractores y defensores del pacto cada vez más radicalizadas. Lejos de haber acercado posiciones, el receso navideño concluyó ayer con la Cámara de los Comunes igual de dividida que como terminó el año.

El líder del principal partido de la oposición, Jeremy Corbyn, elevó el tono de sus críticas al Gobierno de Theresa May, al calificar su acuerdo como "el monstruo de Frankenstein". El laborista presentó ayer en el Parlamento una pregunta de urgencia acerca del estado de las conversaciones del Ejecutivo con los Veintisiete para mejorar el tratado propuesto sobre el divorcio entre Londres y Bruselas.

Corbyn lamentó en Westminster que May no compareciera para responder a su cuestión y, en su lugar, lo hiciera el ministro del Brexit, Steve Barclay, quien aseguró que la premier continúa trabajando con la UE en este sentido y ha mantenido conversaciones con líderes europeos durante la fiestas navideñas. El titular de la cartera a cargo del divorcio con la UE puntualizó que será hoy, cuando se reanude el debate parlamentario sobre el texto, cuando los diputados serán informados de los avances que se han producido entre las partes.

Sin embargo, la Comisión Europea (CE) insistió en que no habrá ninguna reunión para renegociar el documento consensuado en noviembre. "Estamos en un punto donde hay que esperar a los acontecimientos del proceso de ratificación del lado británico y no habrá reunión entre los equipos negociadores", manifestó el portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas.

La UE ya advirtió de que no piensa cambiar el tratado negociado, pero se mostró dispuesta a hacer "aclaraciones" sobre su contenido, en particular, sobre la polémica cláusula de seguridad para evitar una frontera en la isla de Irlanda, que se aplicaría si no hay un acuerdo comercial bilateral al fin del periodo de transición posterior al Brexit. El Gobierno debe conseguir esas garantías adicionales al pacto para tratar de recabar el apoyo suficiente en los Comunes, a fin de evitar una salida no negociada. Una posibilidad que, aunque el Gobierno rechaza, plantea como única alternativa a su acuerdo con el fin de presionar a los diputados para que voten a favor del mismo.

Mientras tanto, más de 200 diputados firmaron ayer una carta en la que piden a May que descarte ese escenario no negociado que provocaría la "pérdida de empleos" y "frenaría el resurgimiento del sector manufacturero". Ante la misiva, la jefa de Gobierno accedió a reunirse hoy con los parlamentarios en su residencia oficial de Downing Street para abordar sus inquietudes.

Además, un portavoz oficial informó de la creación de un nuevo comité gubernamental que coordinará los preparativos para la salida de la UE el 29 de marzo. La fuente precisó que el llamado Comité para la salida de la UE y comercio estará formado por 21 miembros, entre ellos los principales ministros, representantes tories y otras autoridades relevantes.

Asumirá las funciones que hasta ahora llevaban a cabo diversos departamentos gubernamentales, relativas, por ejemplo, a la seguridad y las fronteras, indicó.

Así, el Gobierno trata de mostrar entereza y de encauzar el "territorio inexplorado" que se abriría, según May, en el caso de que la Cámara de los Comunes rechace el próximo martes el acuerdo.

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