Teatro cruel rebajado
Crítica teatro
La reina de la belleza de Leenane. Compañía de Gloria López. Autor: Martin McDonagh. Adaptación: Vicky Peña. Dirección: Álvaro Lavín. Intérpretes: Maite Brik, Chema del Barco, Gloria López y Juan Vinuesa. Iluminación: José Manuel Guerra. Espacio sonoro y música: Mariano Marín. Escenografía: Manolo Cuervo, Lete.Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Jueves, 29 de octubre. Aforo: Tres cuartos.
La reina de belleza de Leenane es la opera prima del escritor anglo-irlandés Martin McDonagh (1970). Su publicación fue recibida con cierto estupor debido al extremismo de su contenido. Las siguientes piezas de McDonagh siguieron este camino y su obra empezó a conocerse como el teatro de la crueldad.
Montada en 1996 La reina... consiguió multitud de premios y el reconocimiento de la crítica inglesa. En los últimos años, Estados Unidos se ha rendido a sus pies, siendo, después de Shakespeare, el autor anglosajón más representado en los teatros norteamericanos.
Con estas premisas, uno se enfrenta a este texto con cierta precaución y comprende que su fuerza sea capaz de subyugar a cualquier actor que quiera medirse con todo un miura.
Vicky Peña fue la primera. Realizó una traducción y adaptación que ahora, Gloria López, actriz y productora, ha utilizado para su montaje.
Con la dirección de Álvaro Lavín nos encontramos con una función que se mueve en esa línea de la corrección absoluta y a la que no se le encuentra un problema salvo eso tan poco mesurable como la chispa que hace que lo artesanal se vuelva arte.
La relación despiadada entre una madre e hija, excelente Maite Brik y correcta Gloria López, y de la que poco podemos contar sin temor a destripar el verdadero meollo de la obra, se vuelve, por mor de la dirección plana de Lavín, en una sucesión de diálogos de dos a dos en los que actores prácticamente no se mueven y la escena, por momentos, se vuelve plúmbea hasta que el texto brutal de McDonagh viene en su ayuda y seguimos avanzando hacía un terrible final que podemos intuir a poco que uno esté relacionado con las enfermedades mentales.
Chema del Barco está muy bien en su papel de Pato, al que llena de humanidad, mientras que Juan Vinuesa parece no aclararse con la fabricación de su personaje, un paleto irlandés que odia a los ingleses.
Esta desigualdad, también en los acentos, hace que una pieza de relojería como La reina de belleza de Leenane, escrita para sorprender al espectador y dejarlo K.O. en su mullida silla del teatro, cuando descubre que nada es lo que parece, sólo consiga asustar, en lugar de desasosegar y aturdir.
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