Ana Díez: "No sé identificar un cine femenino, hablamos de todo"

Ana Díez es peculiar: pasa por ser una de las pocas mujeres detrás de una cámara y no tiene teléfono móvil. Mujeres del Cine inicia hoy un ciclo dedicado a la directora navarra con la proyección de Ander eta Yul, que le supuso el Goya a la mejor dirección novel en 1989, la primera estatuilla que cayó en manos de una mujer en esta categoría. Salvando las distancias, una pionera como Kathryn Bigelow, la primera en ganar un Oscar de Hollywood por En tierra hostil. "Me alegró mucho este premio por el punto de vista que aportó esta mujer a una película de guerra", explica Ana Díez. "Pero yo no sé identificar un cine femenino, las mujeres hablan de todo y tenemos muchas realidades, tenemos muchos campos en los que participamos", matiza. ¿Se ve quizás este punto de vista femenino de manera más clara en los guiones? "No es tan fácil", responde. "Precisamente ahora estoy en un jurado y es muy complicado saber el género de quien los escribe".

En su opinión, festivales de género como Mujeres del cine siguen siendo necesarios "para que el espectador tenga la oportunidad de ver películas que a lo mejor no han sido lo suficientemente bien distribuidas en ciudades cuyos cines están copados por el cine norteamericano", lamenta la directora de La mafia en La Habana. Pero este no es el caso de su última película, Paisito, que tuvo un más que aceptable itinerario comercial. "Estoy contenta y sorprendida", afirma. "Una mujer, en determinadas profesiones, tiene que demostrar más cosas y quizás planteamos en el cine español un punto de vista diferente porque no hay tantas mujeres guionistas o directoras aunque representen el punto de vista de casi la mitad de la población".

En su caso, esta manera de enfocar la realidad llega hasta el mundo del fútbol. En Paisito, un jugador del Osasuna de Pamplona se da de bruces con su pasado en Uruguay. "El fútbol me ha perseguido durante toda mi vida, es un espectáculo de masas utilizado de muchas maneras, tanto por democracias como por dictaduras", explica. Paisito en una historia en el "contexto de un país muy futbolero y en una escena, un policía explica a un niño cómo es un golpe de estado a través de metáforas futbolísticas".

Ana Díez también ha sido atrevida a la hora de titular sus trabajos, como en Algunas chicas doblan las piernas cuando hablan, "que dio lugar a muchos malentendidos". "La catalogaron casi como cine porno aunque no tiene nada que ver", dice entre risas una autora que, pese a su larga trayectoria, dice estar empezando. "Ahora es cuando voy a empezar a hacer cine, todo lo que he hecho hasta ahora son ensayos". Incluso sigue soñado con hacer "películas fantásticas". "El cineasta que más me inquieta y más me interesa ahora es Michael Haneke, con un mundo perdido y angustiado, y me gustaría ahondar en esta vía", concluye la autora que este viernes visitará Granada para hablar sobre cine y mujeres.