Línea de sombras es un poemario, el último de Antonio Jiménez Millán, pero también un viaje. A través de los más de 70 textos que en él se recogen se puede trazar un recorrido de casi cuatro décadas por la vida y la obra de este poeta granadino catedrático de Literaturas Románicas de la Universidad de Málaga.

Como señala el pintor Juan Vida en el epílogo de la obra, publicada en la editorial Juancaballos, “al terminar la lectura de este libro, uno tiene la sensación de haber hecho un viaje de casi 40 años por una historia lineal y homogénea en la que la voz reconocible del poeta nos ha ido describiendo con precisión el peso de las brumas de la memoria”.

En efecto, en ese viaje desde sus inicios de poeta hasta la actualidad Millán propone un repaso por todo tipo de temas y por el propio tiempo. “Desde las fotos de su álbum familiar desde un presente histórico en el que es a la vez el niño de la fotografía, el adulto que la mira y el hombre que se ve mirando la foto”, en palabras de Vida, hasta libros, ciudades, cuadros, fotos o películas.

En definitiva la vida, porque los poemas de Antonio Jiménez Millán, como señala Justo Navarro en el prólogo que les sirve de antesala, tienen la capacidad de captar “la distancia entre la vida y el que vive”, como si la realidad se volviese “ajena en el momento de vivirla, como pasa siempre por el filtro fantasmal de la memoria”.

“Parece que estamos ante una realidad excesiva”, prosigue Navarro, de la que hay que defenderse “imaginándonos unos territorios más acogedores que el deseo nos promete alguna vez”: “La realidad se volvería ajena en el momento de vivirla, como pasada siempre por el filtro fantasmal de la memoria”.

Además de esa superposición de planos, la yuxtaposición entre deseo y realidad, las referencias a lo que el propio Jiménez Millán ha llamado “la arquitectura secreta del tiempo”, el hilo conductor de todos los textos es la forma: se trata de una recopilación de poemas en prosa seleccionados por el autor. “Barajé con la editorial varias alternativas pero al final me decanté por esta propuesta, que además dicen que tiene un criterio de unidad”, comenta el poeta, que ha decidido dejar fuera algunas composiciones poéticas de los años 70 porque “no tenían relieve para recuperarlas”.

Tras esos descartes y unas pocas excepciones más de sus libros posteriores, Línea de sombras recupera prácticamente la totalidad de su producción de poemas en prosa, piezas que han ido apareciendo en sus distintos libros desde hace cuarenta años y también algunos nuevos: diez composiciones de su libro aún inédito Noche en París.

“Todas hablan de una u otra manera de la capital de Francia”, cuenta el poeta sobre estas nuevas reflexiones que giran en torno a sus monumentos, pero también los textos de sus escritores y que verán la luz en un libro aún sin fecha.

La distribución sigue un criterio cronológico desde sus primeras creaciones para Ventanas sobre el bosque o Casa invadida, hasta Biología, historia o Veinte sátiras y un deseo. Además se incluyen algunos poemas publicados en revistas o en publicaciones sueltas, que siguiendo ese recorrido temporal se encuadran aquí en el capítulo del libro correspondiente a ese periodo.

El poemario se completa con un texto del propio Millán sobre el poema en prosa que se publicó en una antología sobre el género de la editorial DVD en 2005. “El poema en prosa ofrece alternativas al desarrollo de un tema, hace posible un ritmo diferente, menos sujeto a las pautas acentuales del verso, permite una mayor amplitud narrativa que, sin embargo, debe ajustarse a la fugacidad de una iluminación, al círculo cerrado de una historia breve para no caer en divagaciones: ese es posiblemente el mayor riesgo”, explica Jiménez Millán sobre una forma a la que no se atreve a augurarle futuro y que reconoce más arraigada en la poesía francesa que en la española.