CRÍTICA

Blanca Portillo revive las palabras de Santa Teresa

ensemble plus ultra y blanca portillo

Programa: Polifonía renacentista en tiempos de Santa Teresa, obras de Tomás Luis de Victoria, Juan Navarro, Alonso de Tejeda, Bernardino Rivera y Sebastián de Vivanco. Ensemble Plus Ultra. Intérpretes: Ruth Massey (mezzosoprano), David Martín (Contratenor), William Balkwill (Tenor), David de Winter (tenor), Nicholas Ashby (Bajo) Narradora: Blanca Portillo (actriz). Lugar y fecha: Patio de los Arrayanes, 24 de junio de 2015

El Festival de Música de Granada presentó el pasado lunes un concierto en conmemoración del V Centenario de Santa Teresa de Jesús, protagonizado por el Ensemble Plus Ultra y por la actriz Blanca Portillo. En una velada llena de espiritualidad y belleza, los textos de Santa Teresa se fueron engarzando con piezas polifónicas coetáneas a los escritos de polifonistas del ámbito hispano. El resultado fue un programa muy bien engarzado en el que la fusión entre texto y música fue casi perfecta.

La encargada de poner voz a los escritos de Santa Teresa fue la actriz Blanca Portillo, que comenzaba su narración con una breve semblanza biográfica de la escritora. Considerada como una de las figuras más relevantes de la mística de todos los tiempos, de ella se seleccionaron una veintena de fragmentos literarios, magistralmente recitados por la actriz. Así, la voz de Santa Teresa volvía a sonar quinientos años después de su nacimiento en fragmentos tan conocidos como Vivo sin vivir en mi, Dichoso el corazón enamorado, Nada te turbe o Abrazadas a la Cruz, entre otros.

Durante el programa se fueron intercalando las lecturas con piezas musicales de autores tales como Tomás Luis de Victoria, Juan Navarro, Sebastián de Vivanco o Alonso de Tejeda, entre otros, todos ellos polifonistas activos en vida de la santa, cuya música bien pudo cautivar e inspirar sus oídos. Las letras de las piezas polifónicas se relacionaban, en cierto sentido, con el significado de algunos de los textos. Así, el Laudate Dominum de Tejeda precedía las loas de Santa Teresa sobre el texto "dilectus meus mihi", o el Ave maris stella de Victoria servía como prólogo musical de los textos dedicados a las pascuas de la Natividad, en los que se ensalza la figura de la Virgen María.

Si bien ya hemos comentado que la lectura de los textos estuvo muy inspirada y a propósito, la música se interpretó con igual piedad y recogimiento. La ausencia de la soprano Katie Trethewey por motivos personales hizo adaptar el programa a un quinteto vocal, y no un sexteto como en principio se preveía. Aún así, la interpretación estuvo dentro de las altas cotas de calidad que el Ensemble Plus Ultra nos tiene acostumbrados. Hubo algunos mínimos detalles que impiden considerar como perfecta la interpretación, como la falta de empaste de los tenores en el gregoriano o el desigual apoyo por momento de las voces superiores en los agudos; quizás la ausencia de la soprano puede justificar estos desajustes mínimos, que en cualquier caso no desmerecen en absoluto la magnífica labor realizada por el ensemble.

Particularmente emotivo fue la interpretación del motete O quam suavis es de Vivanco, o el Alma redemptoris mater de Victoria que cerró el programa. Con los últimos acordes todavía resonando en el Patio de los Arrayanes, las campanas de Santa María de la Alhambra marcaban las doce de la noche, haciendo del final del concierto un momento mágico de sumo éxtasis artístico y estético.

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