Cante Jondo y bibliotecas

En los márgenes

Cante Jondo y bibliotecas
Reynaldo Fernández

Granada, 01 de mayo 2022 - 06:00

Hay muchas exposiciones que solo sirven para rellenar agenda y que pasan sin pena ni gloria, sin embargo otras dejan huella y suponen un punto de inflexión, un antes y un después. Es el caso de la exposición que realizó la Biblioteca Nacional de España: Biblioteca Nacional de EspañaPatrimonio Flamenco (2017), comisariada por David Calzado Carmona y Teo Sánchez Nacarino, con un sobrio e interesante catálogo que contaba con los textos de los dos comisarios, Antonio Gala y de Faustino Núñez.

En esta serie de artículos sobre flamenco en el centenario del Concurso de Cante Jondo de 1922 hoy dedicamos nuestro artículo a recordar esta importante muestra y especialmente el Cante Jondo y los libros hasta 1922. El flamenco, considerado un arte de transmisión oral, se enfrenta a su otra vida bibliotecaria, su huella en los libros, su recuerdo en carteles, su voz conservada en discos de pizarra, sus palmas dobladas a contratiempo en cintas de bobina abierta, su imagen en fotografías o su reflejo en la publicidad de pequeños objetos cotidianos.

Bailaora de Pablo Picasso de 1899. / Museo Picasso de Barcelona

Antonio Gala en la introducción al catálogo escribe: "… pocas cosas más misteriosas que el cante jondo. Ya su origen lo es: crece -como una trenza de seda y de esparto y de escalofrío- desde las canciones árabes, y el nomadismo de los gitanos, y los rituales de las sinagogas, y el canto llano eclesial, y las músicas bizantinas, y los cantos populares marineros y campesinos, y los ritmos caribeños, y qué sé yo más. Es, en un principio y en su desenvolvimiento, una voz marginal: algo que inventó alguien para poder quejarse con dignidad y con belleza".

En primer lugar tenemos que mencionar a Cervantes y La Gitanilla, una de sus Novelas ejemplares (1613), en donde Preciosa, la protagonista de la novela aparece así:

"Salió Preciosa rica de villancicos, de coplas, de seguidillas y zarabandas, y de otros versos, especialmente romances, que los cantaba con especial donaire […] Y la primera entrada que hizo Preciosa en Madrid fue un día de Santa Ana, patrona y abogada de la villa, con una danza en que iban cuatro gitanas...". Recordar el poema de Federico García Lorca de Preciosa y el aire (en el Romancero Gitano, redactados entre 1924-27 y publicado en 1928), o el ballet del mismo tema de Ángel Barrios. "Su luna de pergamino Preciosa tocando viene por un anfibio sendero de cristales y laureles..."

El Libro de la gitanería en Triana de los años 1740 a 1750 que escribió el bachiller Revoltoso para que no se imprimiera, cuenta: "Para la danza son las gitanas muy dispuestas. Una nieta de Balthasar Montes, el gitano más viejo de Triana, va obsequiada a las casas principales de Sevilla a representar sus bailes y la acompañan con guitarra y tamboril dos hombres y otro le canta cuando baila...".

José Cadalso

José Cadalso y sus Cartas marruecas (1782) será otro punto de obligada parada, en el capítulo VII narra una posible juerga flamenca, aunque a él -coronel ilustrado- no le gustó mucho: "… los gritos y palmadas del tío Gregorio, la bulla de todas las voces, el ruido de las castañuelas, lo destemplado de la guitarra, el chillido de las gitanas sobre el cual había de cantar el polo para que lo bailara Preciosilla, el ladrido de los perros y el desentono de los que cantaban, no me dejaron pegar ojo en toda la noche".

Importante será la Colección de las mejores seguidillas, tiranas y polos que se han compuesto para cantar a la guitarra, obra en dos tomos publicada en 1799 y 1801 por don Preciso (Juan Antonio Iza Zamacola), en donde recoge algunas letras que se han mantenido en diversos cantes flamencos.

Pastora Imperio de 1928

Serafín Estébanez Calderón, en sus Escenas andaluzas (1847) nos cuenta: "En tanto hallándome en Sevilla y habiéndoseme encarecido sobremanera la destreza de ciertos cantaores, la habilidad de unas bailaoras, y sobre todo teniendo entendido que podría oir alguno de estos romances desconocidos, dispuse asistir a una de estas fiestas. El Planeta, el Fillo, Juan de Dios, María de las Nieves, la Perla, así como otras notabilidades, así de canto como de baile, tomaban parte en la función". Los grabados de Lameyer y Fortuny ilustrarán este primer flamenco.

Bécquer

En 1869 Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastidas, Bécquer, publica en la revista El museo universal un reportaje sobre costumbres populares La Feria de Sevilla, ilustrado con un grabado de su hermano Valeriano Domínguez Bécquer: "Es la hora en que el peso de la noche cae como una losa de plomo y rinde a los más inquietos infatigables. Sólo allá, lejos, se oye el ruido lento y compasado de las palmas y una voz quejumbrosa y doliente que entona las tristes o las seguidillas del Fillo".

Demófilo, Antonio Machado y Álvarez, padre de los hermanos Machado, publica en 1881 Colección de cantes flamencos. Manuel Balmaseda edita el Primer cancionero de coplas flamencas populares, según el estilo de Andalucía (1881). Hugo Schuchardt: Die Cantes Flamencos (1881).

En 1883 Isidoro Hernández recopila: Flores de España: álbum de los cantos y aires populares más característicos, para canto y piano donde se encuentran soleá, fandango, rondeña, malageña, el vito, petenera, zorongo, jaleo, o sevillanas corrales.

Por su parte Felipe Pedrell, con el seudónimo de F. Peláez publicará: Cantos andaluces: coplas de contrabandistas, guapos, chavales y matones del cantaor Silverio puestas para piano, y Aires de la tierra del cantaor Silverio, transcritos íntegramente para piano y canto (1893).

En 1902 Rafael Marín edita su Método de guitarra por música y cifra. Aires andaluces. Modesto y Vicente Romero publican en 1910: Colección de cantos y bailes populares españoles para piano y canto.

Manuel Machado: Cante hondo: cantares, canciones y coplas compuestas al estilo popular de Andalucía, con ilustraciones de Julio Romero de Torres (1916). Por su parte el antiflamenco Eugenio Noel publica: Señoritos chulos, fenómenos, gitanos y flamencos (1916), en donde considera este arte como uno de los males de España.

Muy conocido es el artículo de Manuel de Falla y la conferencia de Federico García Lorca en defensa del Cante Jondo con motivo del Concurso de 1922. Flamenco de papel y tinta en definitiva, pero fundamental en su evolución y en la imagen internacional del mismo.

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