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Cumbia caníbal de dientes afilados

  • Eskorzo llena la Sala Tren en el primero de los dos conciertos de presentación de su nuevo trabajo, 'Alerta Caníbal', su consolidación como una de las grandes bandas de mestizaje

Cumbia caníbalde dientes afilados

Cumbia caníbalde dientes afilados / rpo. gráfico: carlos gil

Anoche el cielo ardió de ganas de pisar suelo y conocer cada uno de los pecados que ofrece la tierra. Anoche Eskorzo vistió de estreno para presentar su nuevo trabajo Alerta Caníbal. Sin taparrabos ni lanzas como lucen en las fotos promocionales pero sí muy al natural, perdiendo todas las formas posibles.

"Como los ángeles", qué expresión. Anoche en la sala Tren, los Eskorzo no tocaron, cantaron ni se movieron como querubes, lo hicieron como auténticos demonios ancestrales de las junglas sudamericanas. Lo hicieron con ansia y furia. Encantados de conocerse y de reencontrarse con Granada tras seis años de parón musical.

La sala Tren y los que cuentan más de dos décadas siguiéndolos ayer correspondieron con creces: la sala se llenó y el concierto tuvo que empezar con más de una hora de retraso. La cola era a las once de la noche de más de 30 metros.

Los granadinos se comportaron como auténticos animales de la noche, se sabían en casa y los ojos atentos les pertenecían tanto como a sus portadores. Todos sabían que la fiesta se iba a desatar, la clave funcionó.

Rítmica, rápida y algo más orientada a este continente, Alerta caníbal abrió la noche. Una esperada canción que culminaron con simpatía y perfecta destreza de los que saben cómo, cuándo y hacia dónde enfocar los compases y bises. La Pena desató los primeros instintos selváticos. Sirvió como bálsamo para endulzar los talones nerviosos que querían comenzar su noche de desborde.

Cumbia Caníbalse reivindicó como unas de las canciones más insinuantes del disco. Irresistible y motivadores ritmos a los que acompañaron por supuesto temas de otra época. Aunque los protagonistas fueron los temas de este nuevo álbum como Los besos que me dabas, un vallenato salsero que dejó exhaustos tanto a músicos como al público, o Armas de barro, quizás el track más reivindicativo, con toques a veces que recuerdan a aquellos Mano Negra.

Con los dientes afilados y el pelaje encrespado, la banda se mimetizó con la jungla de atrezzo que lucía el escenario. Las luces cálidas y los ritmos latinos se hicieron cargo de aumentar los latidos.

"Le guste o no a la gente aquí venimos a sudar/ y si no vienes caliente te vamos a calentar", avisan en Zona caliente, una de las canciones más exuberantes del disco y que sirve de preludio perfecto para explicar lo que fue toda una fiesta de carne cruda y caliente: una fiesta caníbal.

La percusión y los vientos metal invaden cada track así como un sabor latino que no se va de la lengua con ninguna canción. La presencia de Tony, el cantante, devoró la escena. Él fue el demonio más visible de la banda y no se molesta en actuar, todo un showman muy encantado de dejarse ver.

Con las palabras de Hannibal Lecter que decían "¿Sentir diariamente una puñalada de hambre de ella y encontrar su sustento con su sola visión? Creo que sí", comienza en el disco Déjame que te devore. Anoche la fiebre de comer caliente llegó con contundencia con ese beso caníbal con sabor cubano.

La tumba, esa canción que promete escucharse dentro de 15 años, marcó otro de los minutos de la velada. La alegría fúnebre de la tumba mantuvo arriba la fiesta de arreglos y gusto exquisito que fue el concierto de anoche.

Cerca de dos horas que culminaron con Vinila Von Bismark como dj y que cumplieron todas las expectativas más salvajes. Anoche se soltaron muchos animales gracias a los Eskorzo, garantía de buena música en directo siempre.

Definitivamente Eskorzo ha llevado el mestizaje a otro nivel. De Granada, sí, pero parecen haber nacido en la selva tropical.

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