Diego Canca, cuando los personajes parecen respirar
Diego Canca es un pintor hiperrealista, tanto que en una ocasión, cuando llegó a su casa, se llevó el susto de su vida cuando vio a una persona extrañamente parecida a él que lo escrutaba desde el fondo de la habitación. Pasado el susto inicial, comprobó con alivio que no tenía cacos en casa y que se trataba de un autorretrato. El artista de Ceuta, que lleva más de 30 años afincado en Granada, inauguró ayer en el Centro de Exposiciones Gran Capitán del Ayuntamiento de Granada la muestra Mi desnuda realidad, una experiencia artística que lleva madurando más de tres años y que, como curiosidad, reproduce fielmente el museo municipal que dirige desde hace años en Churriana de la Vega. "Utilizo la palabra realidad como expresión del realismo de la pintura y la palabra desnuda porque recoge todos los momentos buenos y malos de mi vida y las canciones vinculadas a esas situaciones", explica el creador sobre una muestra que recoge una serie titulada Entre coplas y otros con lienzos inspirados en clásicos de la canción española como María de la O, donde no ha pintado el tópico de la mujer atormentada al decidir entre el dinero y el amor. "Esta letra puede servir para un hombre o una mujer, lo que en mi opinión es algo fundamental en la copla", explica Canca, que al final ilustró este tema que inmortalizó Lola Flores con un naturaleza muerta en la que aparece un frasco roto dentro de un cajón.
Pero también 'pinta' canciones como Carmina Burana, donde recoge un misal del siglo XIV que un amigo cura le prestó para ilustrar la música de Carl Orff. "Reflejo lo que sentí cuando escuché por primera vez esta obra, aunque los sentimientos van cambiando a lo largo del tiempo, pero en esta muestra he querido mostrar mi primera impresión", continúa el pintor sobre una muestra que también incluye piezas inspiradas en el musical Funny Girl, Los Miserables, un aria de Aida o canciones pop como House of the rising sun, de The Animals.
Mi desnuda realidad cuenta con más de cien obras, de las que 45 han sido expresamente para el centro de arte Gran Capitán, con retratos que son fieles a su aspiración de que si el personaje sale del lienzo para tomarse un café no extrañe al espectador. "Tengo el retrato de dos señores mayores y sus hijos dicen que no podrán tener este cuadro en casa porque parecen que están ahí", comenta el creador sobre una serie que también incluye a vecinos de Churriana de la Vega, muchos de los cuales han visto como Diego Canca les daba una vida paralela a través de sus creaciones.
No hay comentarios