Crónica

Por los caminos del jazz y el flamenco

Por los caminos del jazz y el flamenco

Por los caminos del jazz y el flamenco / B. R. (Granada)

Diego El Cigala llegaba la noche del miércoles a Almuñécar para celebrar los 20 años de Lágrimas negras, un álbum que supuso un antes y un después en la vida del cantaor, del pianista cubano Bebo Baldés y de la memoria colectiva de millones de oyentes. Tras su publicación en 2003 se convirtió en un éxito internacional reconocido con un Grammy, tres Premios de la Música, un Ondas, tres Discos de Platino en España y uno en Argentina, México y Venezuela. Además, el diario The New York Times lo alabó como Mejor disco del año en el apartado de música latina. Como ese trabajo, el concierto que el madrileño ofreció en Almuñécar transitó por los caminos del jazz y el flamenco.

La velada arrancó sólo minutos después de las diez de la noche por los senderos del jazz latino que su compañero de trabajo conocía tan bien. Y es que el desaparecido Bebo Valdés fue uno de sus fundadores. El pianista, arreglista y director de orquesta fue pionero en llevar los ritmos afrocubanos a la música popular. Desaparecido en 2013, hace muchos años que el pianista Jaime Calabuch, ‘Jumitus’, cogió el testigo para acompañar a Diego El Cigala en los directos. Así fue tanto en los conciertos de Lagrimas Negras y Dos Lagrimas en su día como en las giras que hizo desde entonces.

El resto de los músicos de la formación -entre ellos el guitarrista Juanjo Suárez Paquete, uno de los integrantes de la desaparecida Barbería del Sur- estuvieron a la altura de una noche en la que pronto llegaron alguno de los temas emblemáticos, como el que da nombre al disco. Y aunque la música latina y cubana ya forma parte del ADN de El Cigala, también hubo ocasión de disfrutar de su faceta de cantaor flamenco, como demostró por bulerías.

Grandes éxitos

El Cigala estaba a gusto en la tierra de su padre, como recordó varias veces en el escenario, y se notaba. Se fue creciendo a lo largo de la velada, que terminó con Dos Gardenias y el público puesto en pie en un largo aplauso que puso fin a una noche entre el jazz y el flamenco pero que tuvo espacio para la canción española y el bolero con temas como Adoro, Se nos rompió el amor, Te quiero te quiero o la célebre Corazón loco. 

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