La batalla
Eme mayúscula para Marioneta
El poder de convocatoria del Espejo Negro junto al del Festival de Teatro de Humor consiguen, la noche del pasado sábado, un lleno absoluto en el patio de butacas.
XV Festival de Teatro de Humor. Compañía: El espejo negro. Creación, guión y dirección: Ángel Calvente. Intérpretes manipuladores: Ángel Calvente, Ana Gardeta, Susana Almahano y Antonio Arcos. Diseño y construcción de escenografía, marionetas y atrezzo: Ángel Calvente. Lugar: Casa de la Cultura de Santa Fe. Fecha: sábado, 17 de octubre de 2009.
El poder de convocatoria del Espejo Negro junto al del Festival de Teatro de Humor consiguen, la noche del pasado sábado, un lleno absoluto en el patio de butacas. Conviene recordar de vez en cuando la historia teatral de la que venimos para comprender mejor las derivas de la espectacularidad de hoy. A Ángel Calvente y su compañía El espejo negro, una de las pioneras del teatro de títeres y marionetas en Andalucía, con amplio reconocimiento nacional e internacional tras más de 20 años sobre los escenarios de este país, le debemos -no poco- la defensa de la eme mayúscula para la Marioneta, comúnmente relegada a ser la hermana bastarda del teatro, encasillada durante años como teatro infantil. Esto y, además, un tono singular y específico que no es ni más ni menos que el del cabaret, y que de alguna forma atraviesa toda su obra.
Su último espectáculo Es-puto Cabaret, una pieza que si bien retoma personajes o sketches de montajes anteriores, sabe a carne fresca y a homenaje rabiosamente vivo. El cabaret, como tono o género, es algo que medula todo el trabajo de El espejo negro: es el espíritu, o mejor dicho, la creación artística ideológicamente contestataria, provocadora, elaborada con la innovación formal propia de la vanguardia.
Marianna Travelo, maravilla viva de goma espuma hecha a tamaño natural, vieja travestona arrolladora irreverente y divina dirige y presenta la sucesión de números en que consiste el espectáculo, al tiempo que conversa, manda y ordena ya sea desde lo alto de la escena o entre el patio de butacas. En el pequeño formato de la marioneta de mano o de guante sucede un número musical que inventa un concierto clásico español interpretado, en el lugar de las castañuelas, por dos mandíbulas que terminan devorándose entre sí y al director. De otros espectáculos asoman nuevamente los números y personajes de Eva Lorena, la corrosiva niña radioactiva enferma de cáncer; 'El ruiseñor', Joselito, a caballo sobre una jeringuilla cantando cual enamorado junto a una foto de la princesa Leticia; Freddy Mercury suspendido en el aire interpretando y a sus pies una diminuta y poderosísima virgen procesional a la guitarra eléctrica.
Aunque, como en otras piezas, se abusa en ocasiones del recurso al play-back, con un trabajo técnico portentoso y una ejecución impecable abarcando todas las técnicas de manipulación, fundiendo la marioneta con el cuerpo del actor, suceden otros tantos números: reviven a Rocío Jurado, La Faraona, ajustan las cuentas con el disparate nacionalista o la disputa entre Autonomías, un pene y una vagina interpretan Las cosas del querer, Travelo aborta como pura astilla un hijo de pinocho... Esto y más -como reverso de la norma- cabe en boca de la Marioneta y por las fauces del cabaret.
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