Hace veinte años Enya creó con su voz un mundo propio, una reconfortante atmósfera que ha valido hasta para enmarcar el dolor y el drama de los atentados del 11-S y que vuelve a desarrollar en And winter came, un nuevo disco que la cantante presentó ayer en Madrid.

"El éxito y la fama no han afectado mi vida. Queda mucho de la Enya que empezó, soy un poco más vieja, pero sigo amando la música", aseguró Enya en la presentación del que es su séptimo álbum de estudio, un trabajo inspirado en el invierno y en las Navidades y que, a buen seguro, hará crecer sus espectaculares cifras de ventas: setenta millones de discos vendidos.

Por primera vez, Enya ha presentado en España uno de sus trabajos discográficos junto con el equipo que la ha acompañado en estos veinte años: su letrista, Roma Ryan, y su productor, Nicky Ryan, creador del llamado "coro a uno" que hace que la voz de la cantante se despliegue en varias capas de sonido. "Siempre quise experimentar con esta idea, cuando conocí a Enya vi mi oportunidad para hacerlo, porque es una experta en armonías gracias a su formación clásica", explicó el productor para asegurar después que detrás del inconfundible sonido de esta cantante "no hay una receta, no es como hacer una tarta", aunque si "una técnica que sería muy larga de explicar".

Y que posiblemente ha influido en el hecho de que en sus veinte años de éxito mundial nunca ha dado un concierto ni realizado una gira, como tampoco va a hacer con And winter came. "He cantado alguna canción ocasionalmente, como en la ceremonia de los Oscar", cuando May it be, una de las dos canciones suyas que aparecieron en la banda sonora de El señor de los anillos fue nominada a la estatuilla. "Nos encantaría actuar", dijo Enya para explicar después que dedican mucho tiempo "a la creación y a pulir la producción de cada disco".

A su lado, su productor ha contado que la cuestión no tiene nada que ver con que a la cantante no le guste el escenario ("ha actuado desde los tres años", subrayó) sino más bien con que una actuación acarrearía "una logística complicada", con una orquesta y un coro que pudieran "encajar" con la voz de Enya. "Cuanto más tiempo pasa -sin conciertos-, más altas son las expectativas del público. Se hace cada vez más difícil, tenemos miedo de decepcionar", apuntó Nicky Ryan, que reconoce también que él "tiene ideas de cómo se podría hacer" porque "todo es posible". Para Enya, el "hechizo" de su música no tiene ningún secreto: "Escribo una melodía inspirada por un paisaje, por una historia. Luego se la enseño a Nicky y a Roma para ver si ellos captan lo que quiero decir y a partir de ahí se va puliendo el sonido y la letra", subraya.