La iniciativa privada hace tiempo que comenzó su retirada del mundo de las artes plásticas para dejar todo el protagonismo a las pública con todo lo que eso conlleva de politización o amiguismos... La crisis de hace más de una década terminó, por ejemplo, con muchas de las galerías de arte –un sector que no ha logrado levantar cabeza desde entonces, en especial en las ciudades más pequeñas–. Los proyectos particulares de promoción de los jóvenes artistas, tan abundantes en los ochenta, empezaron a escasear. Y en un panorama tan difícil, la pandemia supuso la estocada final de muchos interesantes proyectos.

Por eso tiene tanto mérito que todavía queden heroicas propuestas particulares que contribuyan a impulsar la creación emergente. Granada cuenta con una iniciativa tan interesante como la de Espacio Lavadero, que acoge durante el mes de agosto al colectivo Cosa Mentale en el Barrio de la Virgen.

Convertido ahora también en una residencia internacional, LAV Artist Residence, esta nueva faceta comenzó el 1 de agosto con la llegada de Cosa Mentale, un proyecto compuesto en la actualidad por dos creadores provenientes de Francia: Celia Bétourné y Louis Cortes. Ambos exploran campos de la instalación audiovisual, realidad virtual, video mappping y live coding.

Su propuesta desarrolla sistemas interactivos, diseño inversivo y entornos reactivos usando sobre todo técnicas generativas en su proceso de creación. A final de mes, del 27 al 30 de agosto, se podrán ver los resultados de su residencia.

Espacio Lavadero se incorpora así al programa internacional de residencias Res Artis, donde artistas de todo el mundo disfrutan de estancias en otros países que van desde los quince días hasta dos meses. Los jóvenes ‘alquilan’ el espacio y disfrutan de la interacción que ofrecen las salas como Lavadero como punto emergente de la joven creación local y por supuesto de la oferta cultural y turística que puede ofrecer la ciudad.

Espacio Lavadero nació a finales del 2017 en la calle Concepción como lugar de difusión y exhibición de arte actual. El objetivo de sus fundadores, Miguel Ángel Moreno y Fran Pérez Rus, era crear un punto de encuentro para la joven creación granadina.

Lavadero se hizo famosa por el intento de robo de una de sus obras, el mural de Julio Anaya

“Nuestra casa estaba cerca y la idea era buscar un local para instalar nuestros estudios. Luego vimos las posibilidades que tenía el espacio”, explica Pérez Rus sobre el origen de la iniciativa. Ambos habían estado previamente vinculados a la gestión cultural y decidieron aprovechar su experiencia para hacer optimizar este espacio. Él es en la actualidad es el responsable de formación y de la nueva faceta de residencia internacional y Moreno el director del espacio.

Pérez Rus es un artista visual nacido en Lupión (Jaén) y afincado en Granada desde hace quince años mientras que Miguel Moreno Carretero es un artista y gestor cultural nacido en Córdoba y que reside en la ciudad desde el año 2015. Ambos forman parte del proyecto FAR ( Foro Arte Relacional) y desde hace ocho años han coordinado proyectos de arte en sus respectivas localidades.

En general, Espacio Lavadero contempla una serie de líneas de actuación para dinamizar el barrio y la creación cultural joven en la ciudad. Fue así como nació la colección de arte público Casi invisible, que sitúa piezas de artistas actuales en las calles aledañas, “de una manera muy indiscreta, casi imperceptibles” en palabras de sus promotores. Una propuesta que se hizo famosa por el intento de robo de un mural de Julio Anaya.

También ofrece un escaparate de difusión, exhibición y venta de cerámica contemporánea, tomando su nombre La ventana de Hisae por la conocida ceramista nipona muy amiga de los fundadores del espacio y fallecida en 2019.

Por otro lado disponen de un espacio para la intervención urbana en una de sus paredes y, en el interior del mismo, se ubican una sala de exposiciones, y espacios de coworking, de los que casi la mitad de los mismos se ha destinado a este proyecto de residencia internacional.