Estilismo en alta definición
Michael Mann explora las posibilidades del HD en 'Enemigos públicos'
Michael Mann (1943, Chicago) es uno de los directores que lidera el asalto del cine digital en el Hollywood contemporáneo. Sus tres últimas películas, Collateral (2004), Miami Vice (2006) y Enemigos públicos, que se estrena en un par de semanas, han sido rodadas en vídeo digital de Alta Definición (HD), no sólo asumiendo el formato como nuevo soporte para sustituir definitivamente el tradicional celuloide, sino indagando en las posibilidades estéticas que éste ofrece en términos de fotografía, iluminación, color, texturas, movilidad, tiempo, relación entre figura y fondo y otros elementos derivados de sus características y singularidades técnicas.
Si Collateral y Miami Vice exploraban una nueva forma de pintar y retratar la noche urbana y los paisajes horizontales contemporáneos, Enemigos públicos, que se acerca a la figura del famoso criminal John Dillinger, da un paso más allá al reescribir el cine de género y de época desde un nuevo tipo de imagen que, lejos de toda rememoración nostálgica, nos presenta los años treinta de la Depresión y los reconocibles estilemas del cine de gángsters bajo una nueva e insólita modalidad de realismo (digital) que borra la distancia del homenaje retro para introducirnos literalmente en el interior (elegíaco y desmitificador) del relato: "Si rodaba con película de 35mm -ha comentado Mann en una entrevista reciente-, lo que veía era la época de 1933. En alta definición, por el contrario, me siento dentro del drama. Es una apuesta estilística. Buscamos la inmediatez mediante el color. Colores fuertes, una croma saturada pero que a la vez se sienta real. Dolorosamente real."
Rodado con la cámara Viper-Thompson, Collateral se convertía en 2004 en el primer gran filme de Hollywood (gran presupuesto, reparto estelar con Tom Cruise al frente) rodado en HD, el primero en exponer plenamente la singularidad de esta modalidad de imagen más allá de los efectos especiales y la postproducción como principales frentes de actuación. Después de forzar los límites estilísticos del western épico (El último mohicano), el film noir (Heat), el drama corporativo (El dilema) o el biopic (Ali), Michael Mann regresaba aquí al thriller añadiendo una nueva cualidad a sus ambientes nocturnos: prescindiendo casi por completo de la luz artificial, consigue crear una imagen que se muestra a un tiempo hiperrealista y onírica. Buen conocedor de la técnica, llevando la cámara y componiendo el plano él mismo en muchas ocasiones, Mann explora la supresión de la profundidad de campo del HD para conseguir que las siluetas y los rostros de sus actores se recorten como lienzos, planos y siempre limpios, sobre los paisajes urbanos de la ciudad de Los Ángeles, cuyo skyline asume una nueva dimensión entre fantástica y espectral. Como nos recuerda Cyril Neyrat, la estética de Collateral encarna "la imagen del ser-en-el-mundo-contemporáneo: más allá de toda oposición entre escenario natural y efecto especial, entre lo auténtico y el artificio, lo verdadero y lo falso".
Dos años más tarde, Miami Vice prolongaba esta investigación formal a partir de un remake de la famosa serie de televisión creada por el propio Mann en los años ochenta. De nuevo, la operación borra de un plumazo todo atisbo de nostalgia por una época y su estética para adentrarse de lleno en la creación de una nueva imagen contemporánea para el drama policial. En Miami Vice, Mann vuelve a renunciar a la iluminación artificial, rechazando compensar en postproducción los límites del HD. Así obtiene una imagen heterogénea, de colores inestables, rostros violentamente recortados sobre fondos planos y abigarrados. Como escribe Ángel Quintana, "las cámaras no cesan de buscar el contraste entre el reencuadre de los protagonistas y la manera en que el movimiento, al depurarse, genera curiosos destellos, casi abstractos, de luz y de color".
Una vez más nos encontramos con la fusión de realidad y cliché, con la abolición de las distancias: la técnica se desnuda y expone el mundo tal como trata de cambiarlo, alterando el tiempo, el espacio y la sensibilidad.
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