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"Expropiaría a poetas como Lorca o Luis García Montero"

  • La escritora participa la próxima semana en el Festival de Poesía de Granada

La salvadoreña Roxana Méndez (San Salvador, 1979) puede presumir de poseer el título de Gran Maestre de la Poesía, aunque la sangre azul poética le viene después de ser amadrinada por su compatriota Claribel Alegría. Ganadora en cuatro ocasiones del Premio Nacional de Poesía de su país, Méndez recibe la próxima semana el I Premio Alhambra de Poesía Americana en el marco del FIP.

-Con 25 años publicó 'Memoria'. Es curioso que con esa edad se atreviera con un título que, en principio, parece de un escritor de más edad. ¿Cree que su DNI vital refleja más años que los que dice su partida de nacimiento? ¿La experiencia está sobrevalorada?

-El libro se llama Memoria porque da cuenta de unos hechos que tienen que ver con lo que se perdió a través de la experiencia traumática de la guerra civil de mi país. Le daré un ejemplo de ello: hay un poema llamado La casa de los abuelos que habla sobre una casa en la que pasé mi niñez pero que fue abandonado a inicios de los años ochenta por la guerra. Luego, en 2001, la casa se derrumbó debido a un terremoto. De esa casa solo quedaron las memorias, las mías, que son breves, pero sobre todo las de quienes vivieron en el lugar, mi madre, los padres de mi madre y los padres de ellos, cuatro generaciones en una casa que parecía estar siempre llena de voces. Y de esas voces hablo en ese poema y en muchos otros del libro.

-¿Qué cielo se ve desde su ventana? ¿Está nublado?

-Lo estaba en la época que escribí El cielo en la ventana. Entonces trabajaba en una una ONG internacional en el área de finanzas. Pero hace algún tiempo que no es así y el cielo ha abandonado su antigua oscuridad.

-"Desde la primera vez que leí los poemas de Roxana Méndez supe que estaba frente a una excelente poeta", dice de usted Claribel Alegría. ¿Levitó cuando leyó estas palabras?

-Me sentí profundamente agradecida. Conocer a Claribel es una suerte, un regalo de la vida. Yo la leía desde muy niña, en una vieja antología de poetas centroamericanos de mi abuela, y la admiraba desde entonces. No sé cuántas veces leí esos poemas, y luego, ya mayor, sus otros libros, así que cuando la conocí fue una verdadera emoción. Lo que no imaginé es que llegaríamos a estar tan cerca y a querernos tanto.

-¿Qué relación mantiene con los poetas y la poesía española?

-Con la poesía española en general por sus libros. En mi país leíamos a poetas de la generación del 98 como Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez, y mucho más a los de la generación del 27, a Lorca, a Cernuda, a Alberti, a Miguel Hernández, a Aleixandre ... A esos poetas y a otros como a Claudio Rodríguez, Ángel González, Luis García Montero o Benjamín Prado los conocí solo a través de los libros, pero recientemente he tenido la oportunidad tanto de leer como conocer poetas cercanos a mi generación. Gracias a este premio, por ejemplo, he podido relacionarme con Raquel Lanceros o Fernando Valverde y Daniel Rodríguez Moya, que son poetas que me encantan y que también considero una suerte haberlos conocido.

-¿Qué escritores de Granada expropiaría?

- A Lorca, a Luis García Montero, a Fernando Valverde, a Rodríguez Moya.

-Menciona con frecuencia en el libro el mes de noviembre, un mes del que se 'apropió' literariamente Luis García Montero hace años? ¿Homenaje implícito o simplemente casualidad?

-Casualidad. En mi país en noviembre suceden dos actos de magia: la luz se hace más clara y vienen los vientos del norte y el calor que hace todo el año se disipa y los días se vuelven distintos. Y otra cosa más: el colegio lo acabábamos en ese mes o a finales de octubre, por lo cual la vida siempre cambiaba entonces. Como ve, relaciono ese mes con muchas cosas, y se ha vuelto, tanto para mí como para otros autores, una realidad poética.

-En el poema 'En la isla' escribe: "Dentro de algunos días, en la penumbra de una alcoba lejana, alguien pronunciará mi nombre, como si fuera parte, de un libro de historia". Es de los pocos textos veladamente amorosos del libro. ¿Descreída?

- Realmente ese no es un poema de amor. Y que no hayan muchos poemas de esa naturaleza en el libro no quiere decir nada, salvo que tenía en mente otras temáticas.

-Tiene un poema sobre su 'Primera imagen de Sudáfrica'. ¿Cuál es su primera imagen de Granada?

-Montañas nevadas y la Alhambra y la calidez de las personas, que en estos pocos días que llevo por acá me han hecho sentir maravillosamente bien.

-"Ya sé que los años tan solo pasan una vez", escribe en 'A su extraña manera'. ¿Sintetiza esta frase su teoría personal sobre el tiempo?

-No es que sea una teoría sobre el tiempo, esa frase habla sobre aquello que se hace o no se hace durante un tiempo específico. Vea usted: acaba un año y empieza otro y todo es igual, Navidad, Semana Santa, las vacaciones, pero aunque todo es semejante nada es en realidad así puesto que las acciones son siempre diferentes, no estamos con las mismas personas, no tenemos los mismos deseos, o los mismos sueños, y todo eso sucede sin que nos demos cuenta

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