Obituario

Fallece Dolores Montijano, la pintora que convertía lo real en asombroso

Fallece Dolores Montijano, la pintora que convertía lo real en asombroso.

Fallece Dolores Montijano, la pintora que convertía lo real en asombroso. / Archivo (Granada)

Este martes ha muerto en Granada Dolores Montijano (Alcalá la Real, 1934) a los 90 años de edad. La pintora y grabadora jienense cursó sus estudios en Sevilla y la ciudad de la Alhambra, en donde se afincó desde su juventud y a cuyos pies a fallecido en su piso de la calle Molinos. Desarrolló una obra que avanzaba un estilo entre el arte figurativo y el abstracto, con composiciones en las que el color y la forma destacaban sobre el dibujo y en las que incorpora materiales como el cartón y la madera en la búsqueda de nuevas texturas.

En 2018 fue ingresada en la UCI por una rotura de costillas y, como consecuencia, por un encharcamiento de pulmones. Poco después comentaba a Granada hoy que estando allí, entubada en la cama, pasaba el rato pintando con la imaginación las radiografías que miraban los médicos o cualquier detalle del cuerpo humano por el que se interesaban los galenos. Otro día se entretuvo describiendo con la mente el mobiliario de la habitación para pasarlo a un texto. La artista contaba que pudo soportar esos duros momentos gracias a la imaginación, la misma que había utilizado a lo largo de toda su vida para interrogar al entorno en el que ha vivido y conseguir con su obra una poética de lo no visible en que lo real se ha aproximado a lo asombroso.

La creadora granadina presentó obras en más de 23 exposiciones individuales y más de 300 colectivas en muchas capitales de España y del mundo. Sus obras están colgadas en el Museo Español de Arte Contemporáneo, en la Galería de Arte Contemporáneo de Santo Domingo o en el Ermitage de San Petersburgo. Original y rompedora de cánones establecidos, apasionada del arte y de la creación como tal, fue cerrando etapas artísticas en su vida.

De Jaén a Granada

Dolores Serrano Ruiz, su nombre real, se quedó huérfana porque a su padre lo mataron los republicanos. "Mis dos hermanos y yo crecimos al amparo de mi madre, que con 16 años ya era maestra, algo muy impropio en aquella época. Recuerdo que mi madre no hablaba siempre con metáforas y como si estuviera contándonos cuentos. Yo creo que fue ella la que despertó en mí esa innata curiosidad que tenía por todo. Me gustaba la pintura, la música, la escritura… De niña mi madre me puso a dar clases de piano con Clotilde Pulido, que tocaba nada menos que en la Orquesta Nacional. Lo que ella, mi madre, quería era que aprendiéramos muchas cosas, pero nunca pensaba en la recompensa de un título", rememoraba la pintora sobre su infancia.

Afincada desde hacía años en la calle Molinos, contrajo matrimonio con Tomás de Córdoba en 1955, con el que tuvo cinco hijos y que fallecía hace sólo seis meses. La pintora siempre señaló que su infancia fue feliz a pesar de los condicionantes de la guerra. Pasaba el tiempo mezclando los productos que encontraba para sacar colores con los que pintar sus primeros dibujos. Hasta que llegó el gran cambio en su vida. Fue cuando su madre se casó de nuevo y el consejo familiar, por llamarlo de alguna forma, decidió separar a los hermanos.

Todo esto lo contaba en un libro autobiográfico que escribió que se titulaba La Casa, en el que narraba de manera novelada su vida en aquella mansión solariega alcalaína con sus tías. Después viviría temporadas en Granada y Sevilla. Y ya como adolescente pensaba que su vida pasaría irremediablemente por la creación. 

Taller de grabado

En 1969 viajó a París donde, donde conoció al mismísimo Picasso en un homenaje a Rusiñol en el que expuso una de sus obras. En 1971 ingresó en el taller de grabado de la Fundación Rodríguez Acosta, que estaba dirigido por José García de Lomas. Por ese espacio pasaron figuras como Manuel Maldonado, Teiko Mori, Miguel Rodríguez Acosta, Manuel Ángeles Ortiz, Manuel Kaiser, Pepe Guerrero… y conoció las técnicas clásicas y modernas del grabado.

Dolores Montijano fue una adelantada a su tiempo que consiguió entrar en los círculos artísticos de la ciudad, normalmente reservados a los hombres y fundó grupos y movimientos artísticos que serán referencia en el panorama cultural de Andalucía. Su obra comenzó a ser valorada y su manera de grabar en cualquier material fue reconocida. Muy famosa fue su serie titulada 50 en tertulia, que se inauguró con gran éxito primero en la Casa de los Tiros y luego en Alcalá la Real: 50 retratos en diseño vertical. Todo reproducían artistas universales y nombres de la cultura española que parecían entablar un diálogo con la pintora desde Pío BarojaManuel de FallaPicasso o García Lorca, hasta alcalaínos como la bibliotecaria Carmen Juan Lovera, pasando por artistas granadinos como Elena VivaldiCarlos Cano o Luis García Montero. Esa serie se quedó el Ayuntamiento de Alcalá la Real y se expuso en el Teatro Martínez Montañés.  Lo único que decía echar en falta en sus últimos años era salir y relacionarse con jóvenes artistas, "saber qué piensan y en qué campos están trabajando".

Para sus hijos, la artista "fue una adelantada a su época y una luchadora que siempre luchó por su pintura". Dolores Montijano será incinerada este miércoles a las 12:00 en el Cementerio de San José. 

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