Hablando de música

Fandila y la atalaya de la música popular

  • Ramón Rodríguez y María Vallejo ofrecen mañana por la tarde un concierto en la Casa de los Tiros en el que recuperan canciones navideñas tradicionales

Fandila y la atalaya de la música popular

Fandila y la atalaya de la música popular / G. H. (Granada)

Ramón Rodríguez y María Vallejo, o dicho de otra manera, Fandila, es un proyecto de ambos en torno a la música popular sobre todo. Ambos se dedican a la música, tanto a enseñarla como a interpretarla, cada uno con su óptica y desde su instrumento. Por un lado, guitarras de todo tipo y época, como es el caso de Ramón. Por el otro, desde el violín, como profesora de este instrumento que es María. Comparten muchos proyectos musicales, pero quizá se Fandila el que les resulte más comprometido con su propia visión de la música que más les seduce, la de música de raíz, la música popular o como quiera llamarse al imponente legado de canciones que nos han precedido en el tiempo en todos los territorios y especialmente en Andalucía, Granada, Guadix, Alpujarra… Aprovechando que el miércoles a partir de las 19:00 horas participan en los Acústicos en el Museo de la Casa de los Tiros, dentro del Ciclo Por dónde van los tiros, hablamos con Ramón Rodríguez.

Por lo primero que le preguntamos es por Fandila, por el lugar que ocupa este grupo en su consideración, pues son varios grupos los que tienen y muchos otros en los que colaboran. “Fandila es el proyecto más personal que tengo en esto de la música. Empezó siendo un grupo de folk mediterráneo, que cogía ideas de aquí y de allá, pero descubrir el tesoro de nuestras músicas tradicionales fue como una especie de revelación divina. Hay mucho que hacer en el disfrute de nuestra tradición, y en eso estamos. Fandila ahora mismo se vincula a esa búsqueda, esa investigación de la música de nuestros abuelos, intentando no caer en tipismos y dulcificaciones”, dice Rodríguez.

A continuación le preguntamos por qué nos encontraremos en este precioso marco que es la Casa Museo Casa de los Tiros, debido al lugar y la fecha, a lo que nos responde: “En la Casa de los Tiros vamos a hacer un repertorio puro de villancicos, aguinaldos y cantos nocturnos de invierno. Hemos estado investigando mucho estos días. Hemos llamado incluso a algún teléfono al azar, en Charches o Gor, para ver si dábamos con alguien que recordara tal melodía o tal estribillo. El cancionero de Germán Tejerizo Robles, el máximo exponente de la investigación etnomusicológica en Granada, siempre es  una gran ayuda, y el fondo del CSIC. Pero también hemos tirado de grabaciones propias, que hemos ido haciendo a lo largo de estos años. Nos ha quedado un repertorio muy interesante, con romances, cantos de aguilando, canciones de corro y villancicos poco conocidos que queremos que salgan a la luz”, detalla.

Fandila, como vemos, es una de sus marcas de referencia, donde dan rienda suelta a su gusto por rescatar repertorios históricos populares, pero merece la pena adentrarnos en los grupos o artistas con los que participa esta pareja musical tan especial. A ello Ramón Rodríguez, o Moncho Rodríguez para los amigos, esponde: “Tanto María como yo tenemos un montón de proyectos y colaboraciones. Por supuesto Mawlid nos ilusiona especialmente. Antonio Arias es un referente musical y Mawlid una aventura entre la tradición, el punk y lo andalusí. Es un proyecto muy valiente que estamos disfrutando mucho. Pronto tendremos disco. Con Montañés hemos creado una especie de hermandad de la botella de anís. Es un músico increíble del que siempre se aprende. María está también metida en la grabación de un disco con Lucas Valera que seguro que va dar mucho que hablar. Música electrónica con cuarteto de cuerdas. También he aprendido mucho últimamente colaborando con el Coro de Cámara y el Coro de la Universidad de Granada”.

Una vez se empieza cualquier conversación con María o con Ramón en torno a la música popular, uno empieza a revisar sus propias ideas al respecto. Aprovechando este rato con Ramón, en mitad de ensayos para este concierto le preguntamos por cómo ve estos tiempos para la música popular. “Son buenos. Estamos cansados del “mi novia me ha dejado” como mono-tema de la canción pop. En la música popular se habla del hambre, de la muerte o del desamor. Todos tenemos una cuarteta o una coplilla con la que nos vamos a sentir identificados. Una coplilla que nos va a romper por dentro. Por eso los mejores letristas de la historia partieron de la música tradicional, como Dylan o Cohen. Algunas de estas cuartetas que cantamos vienen sobreviviendo desde la Edad Media. No tienen desperdicio. Y creo que la gente de la música se ha dado cuenta de que la poesía popular no es tan rancia, aburrida y machista como siempre la han pintado. Además hay un hartazgo de producción, plugins, etc… Todo suena tan perfecto, en la música comercial, que da hasta grima. La música tradicional aporta una frescura y una naturalidad que en gran parte la música pop ha perdido”.

Nos gustaría terminar conocer la opinión del creador sobre esta música y sobre qué significa para la él y para la sociedad, desde su punto de vista. Al respecto, contesta: “Me duele que uno de los países con más diversidad de tradiciones musicales del mundo solo sepa cantar cuatro villancicos en Navidad. Cada pueblo, casi cada cortijo, tenía su propio canto de aguinaldo. Y eso se ha perdido. Siempre digo que en España sobran atalayas y castillos iluminados y faltan discos y libros de cultura tradicional. No porque sea bonica y añeja, sino porque es útil y necesaria. Las canciones son parte de nuestra alma como pueblo, y cuidarlas es cuidarnos a nosotros mismos. Hay que defender nuestro patrimonio inmaterial. Cuando empezó a invertirse en el Albaicín, en su empedrado y sus fachadas, la gente, que era el alma del barrio, se marchó. Así que lo que yo pediría es más respeto por la cultura popular”.

La pregunta obligada es la responsabilidad de las instituciones, tanto en su mantenimiento como en su difusión. Para Ramón “Las instituciones en otros lugares como el País Vasco, Canarias o Galicia, han apostado por defender su patrimonio inmaterial. Aquí hemos dejado que el trovo, casi se extinga. Vienen los americanos a ver a nuestros últimos troveros entre admirados y perplejos. Los consideran estrellas, y ven el abandono en el que viven. Nosotros ponemos nuestro granito de arena, cantando canciones y estribillos que ya no se cantan. Lo hacemos porque nos gusta. No porque seamos muy buena gente. Pero las instituciones culturales si que deberían defender este patrimonio por obligación. Para eso se les paga”.

Sabemos que el concierto que tienen preparado para mañana por la tarde en la Casa de los Tiros es en formato acústico, únicamente con ellos dos, María y Ramón, y que le darán especial relevancia a las letras, también habrá canciones con zambomba y botella, amén de colaboraciones de tantos y tantos artistas con los que colaboran.

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