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"La Filmoteca debe convertirse en una herramienta de transformación social"

  • El cuarto director del centro deja el cargo con la satisfacción de legar a su sucesor un ambicioso proyecto de remodelación y cierta pena por la falta de recursos a la que ha tenido que hacer frente

Hace unos días, el granadino José Enrique Monasterio Morales recibió la noticia de su cese al frente de la Filmoteca de Andalucía después de ocho años en el cargo. La Consejería de Cultura anunciará en los próximos días el nombre de su sucesor.

-¿Le ha sorprendido la destitución?

-Estas decisiones hay que enmarcarlas en un contexto de normalidad institucional. Hay que quitarle dramatismo porque forma parte de las reglas del juego. Lo injusto es siempre el nombramiento, no el cese. Yo he estado al cien por cien volcado en el trabajo y ahora quiero ser elegante en la salida. Cuando me nombraron no pregunté por qué lo hacían, por lo tanto ahora tampoco voy a preguntar las razones de mi salida. He querido aprovechar estos ocho años para mejorar la Filmoteca y creo que hay una buena base para el futuro. Hay un marco de cooperación con sectores estratégicos y en los últimos años hemos acogido actividades integradas en acontecimientos de gran nivel cultural. Las colecciones y los servicios son potestad de Córdoba, pero hay un modelo de expansión que ha dado buenos resultados en Granada, donde también hemos colaborado con actividades de gran nivel como el Hay Festival. Estoy, por tanto satisfecho. He estado dos legislatura, todo un récord, porque de los directores anteriores dos habían dimitido y otro no llegó a los dos años. Había una cierta leyenda negra en torno a la Filmoteca y hemos conseguido establecer una normalidad en su funcionamiento. En realidad, todos los problemas que pueda tener el centro son producidos por las carencias económicas y de personal. Supongo que la Consejería de Cultura querrá buscar nuevos bríos para que la Filmoteca siga creciendo.

-A su sucesor le lega un proyecto de remodelación que se antoja fundamental para el futuro de la Filmoteca.

-Es un proyecto en el que he trabajado desde mi llegada al centro. He querido ir al grano, a los temas relevantes. Es un proyecto de transformación de la Filmoteca en un espacio museístico y de difusión, en un lugar de encuentro gracias a espacios de los que ahora carece como una cafetería. En un espacio más atractivo, más seguro, con mejor accesibilidad, con una mayor visualización y colecciones de mayor categoría. Pero las cosas no se hacen de la noche a la mañana. En el marco de este proyecto se han realizado investigaciones que de momento nadie conoce. Me voy con la satisfacción de dejarle este proyecto a mi sucesor.

-¿Cómo ha recibido las críticas?

-A nivel popular hay confusión sobre el papel que debe representar una filmoteca, sobre las funciones que tiene. Se cree que su labor se reduce a la organización de ciclos. Desde algunos sectores políticos se ha machacado estos años sobre algunas cuestiones relacionadas con la Filmoteca, sobre todo con la apertura los fines de semana. Yo estoy de acuerdo, pero para ello se necesitan unos recursos de los que ahora carece. Para hacer frente a las carencias hemos optado por una huida hacia delante, por insistir mucho en la dinamización social. En términos de programación hemos apostado por proyectar dos películas al día y por la variedad de ciclos. No hemos querido ser un gueto. También hemos insistido en desarrollar iniciativas de sensibilidad social. Hemos estado muy en contacto con sectores como las mujeres (con la cátedra Leonor de Guzmán y el ciclo Mujeres tras la cámara), la tercera edad, el colectivo gay... La Filmoteca no es sólo un sitio en el que se proyectan películas: también debe aspirar a convertirse, mediante la implicación y la colaboración con sectores diversos, en una herramienta de transformación social. Es cierto que la Filmoteca presenta carencias. Por ejemplo, en cuanto al valor de sus colecciones. Realmente, sólo cuenta con la de Teo Escamilla. Hay que mejorar este aspecto. Yo sabía que Granada es una ciudad en la que la gente es muy extrema, y me he dado cuenta de que en Córdoba también sucede. Parece que, a la hora de hablar de cultura, sólo hay dos ámbitos posibles: las piedras y las manifestaciones más modernas. Pero en el camino hay muchas posibilidades y muchas instituciones y colectivos que están trabajando con acierto y proponiendo cosas interesantes. Ahí están el Colegio de Arquitectos, el Museo de Bellas Artes o el Arqueológico, por ejemplo.

-¿Qué lugar ocupa la Filmoteca de Andalucía en el marco de las filmotecas autonómicas españolas?

-Podemos hablar de unas filmotecas de categoría A que son la Española, la de Cataluña y la de Valencia. Después de este grupo están las demás. La gallega tiene un buen marco de difusión. Cada una tiene sus puntos fuertes. La andaluza tiene sus proyectos estratégicos pero está claro que esta comunidad no cuenta con una filmografía como, por ejemplo, la de Aragón, con Luis Buñuel, Carlos Saura, Florián Rey... Pero Andalucía, en términos cinematográficos, presenta tres frentes fuertes: el de los escenarios (es capaz incluso de impulsar géneros propios como el spaguetti-western), el de los protagonistas (ha contado históricamente con un star-system propio muy ligado a su folclore) y el de los temas (ha absorbido en algunas épocas en torno al ochenta o el noventa por ciento del cine español). Yo me voy con la pena de no haber profundizado en el legado de Manuel Summers, el gran olvidado del cine nacional.

-¿Tiene ya pensado qué va a hacer a partir de ahora?

-He estado muy volcado en el trabajo y ahora me tomaré un descanso. Tengo una experiencia y una trayectoria y quiero seguir vinculado a la gestión cultural. Estoy satisfecho y agradecido por la confianza que ha depositado en mí la Consejería de Cultura.

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