Sin palabras dejó el Orfeo y Eurídice de la Fura dels Baus el año pasado a crítica, prensa y público del Festival. La renovación estética de esta compañía de origen catalán aplicada a la ópera nunca deja indiferente a nadie por su originalidad, su trasfondo reflexivo y su simbolismo. Los que parecen llamados a convertirse en hijos predilectos del Festival regresan esta noche al Carlos V con su mundialmente conocida producción del Carmina Burana de Carl Orff. Un montaje que, ante todo, es el resultado de un trabajo en equipo. Si bien La Fura pone escenografía y solistas, la música corre a cargo de la Joven Orquesta de Andalucía (OJA), que junto a cinco coros conseguirá sumar una potencia musical nunca antes escuchada en el Palacio, escribiendo una página llamada a ser historia dentro del Festival de Granada.

Cerca de 300 personas estarán presentes entre orquesta, coro, solistas, solistinas (bailarinas procedentes del Conservatorio Profesional de Danza Reina Sofía de Granada), fureros y dirección. Una producción de esta magnitud mezcla trayectoria y reconocimiento con ilusión y ganas, voces profesionales con voces blancas, pero sobre todo, talento con talento. El proyecto comenzó a forjarse con la intención de incluir a la OJA y su coro en un espectáculo de grandes dimensiones. Un segundo objetivo era trabajar con coros de la capital granadina, tanto de carácter completamente profesional (coro de la OCG), como de origen estudiantil (Coro de la Universidad de Granada) o vocacional (Coral Polifónica de la Basílica de San Juan de Dios). El entusiasmo y la juventud de estas formaciones necesitaba un director musical que canalizara todo el talento y lo llevara a buen puerto. De esta forma, Manuel Hernández-Silva, caracterizado por su experiencia y capacidad de motivación para los jóvenes, fue el escogido. La Fura y su puesta en escena fueron los elegidos para dar vida escenográfica y forma definitiva a este gran proyecto colectivo, al que se añade como último eslabón un coro experimentado: el de RTVE.

Carlus Padrissa, director escénico, pone todo su talento sobre la mesa con una puesta en escena adecuada al texto y la música. En palabras de Hernández-Silva "el trabajo de extracción de lo central de la obra y su plasmación en la escena es increíble. Se ve a la perfección el tema principal: la lucha de la lascivia contra el pudor. Esta eterna dicotomía se presenta a través de los colores rojo y blanco, atribuidos a las dos protagonistas". El director musical habla con pasión de la obra de Carl Orff, "una obra que con textos medievales del siglo XIII nos pone sobre la mesa un tema que nunca muere: cómo el tiempo pasa y la vida es una rueda de la fortuna donde estamos todos. Poner esta realidad en escena con La Fura siendo yo una parte del gran pulmón que respira y expulsa hacia el público este espectáculo es para mí una experiencia inolvidable".

Zamira Pasceri, ayudante de dirección de escena, promete una espectacular escenografía basada en un cilindro con proyecciones, símbolo del tiempo que va girando y pasando. Las imágenes en movimiento, que traducen las emociones del texto y la música al lenguaje visual, se pincharán en directo, para estar de esta forma sincronizadas con la batuta del maestro. Se trata, en palabras de la ayudante de dirección, de "vídeos que son consecuencia directa de la música". Elementos como una grúa o una piscina complementan la puesta en escena. Zamira Pasceri comenta además que "el Carlos V es un lugar muy especial, puesto que tiene la misma forma que el cilindro central del espectáculo. Repite nuestra escenografía. Se van a crear un micromundo y un macromundo paralelos que resultarán fascinantes. De todas las versiones que hemos hecho, y ya van más de 7.5000 espectadores, esta va ser la mejor". Para La Fura es un placer trabajar con gente joven y crear equipos engranados: "Nos gusta crear alianzas. La orquesta joven aporta ilusión y vida, ayudando a que el motor del espectáculo tenga una fuerza increíble".

Para poder ensamblar a todos los participantes, los ensayos durante esta semana han sido continuos, especialmente con las bailarinas. Si bien los coros llevan desde abril preparándose el Carmina Burana, la OJA ha ido ensayando durante sus últimos encuentros de forma constante con asistentes, y La Fura dels Baus ha adaptado un espectáculo que lleva medio mundo recorrido a las necesidades del momento. Para traerlo a Granada y ayudar a ponerlo en marcha, ha sido necesario el patrocinio de CajaGranada, mecenas de este gran engranaje colectivo.

El resultado se verá esta noche por primera vez y se repetirá mañana (desgraciadamente para los interesados de último momento, las entradas se encuentran completamente agotadas), siendo además el cierre por todo lo alto del Festival de Música y Danza. Un Festival que ya ha fichado a la Fura para el año que viene con el encargo de El Amor Brujo de Manuel de Falla, el famosísimo ballet del compositor más granadino, que cumple el centenario de su creación en 2015.