Cine

Garci, un 'crack' del cine sentimental y nostálgico

  • El director madrileño completa la trilogía del detective Germán Areta con una precuela que evoca un Madrid en blanco y negro. Estará en la pantalla del Madrigal

Con el estreno este fin de semana de El crack cero, José Luis Garci añade otra muesca a su expediente en su trayectoria de 'maestro noir' y juega duro ante el veredicto que darán unos espectadores exigentes cerrando la trilogía por el principio con una precuela de un clásico del cine español que a priori no necesitaba de reinterpretaciones y que con el paso de los años ha ido ganando en riqueza, matices y adeptos. Pero Garci, cuyo apellido significa nostalgia y sentimentalismo sin filtros, no ha podido evitar dejar a sus seguidores sin este homenaje a Alfredo Landa y a su igual de mítico personaje del detective Germán Areta así como añorar su querido Madrid en blanco y negro del que su mente y su corazón nunca podrá escapar.

Una apuesta difícil, sin duda, la de intentar aportar algo mejor al imaginario ya existente y el buen cine que dibujó en El crack y El crack dos, en unos primeros ochenta en los que utilizó estas películas para destensar los músculos y la mente después de haber filmado la intensa, y no menos interesante, 'Trilogía de la Transición' que conformaban Asignatura pendiente (1977) Solos en la madrugada (1978) y Las verdes praderas (1979). Curiosamente, entre medias de las dos películas anteriores del detective Germán Areta, el director madrileño realizó Volver a empezar, la que es su obra más famosa ya que obtuvo el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

El acceso al cine Madrigal este fin de semana. El acceso al cine Madrigal este fin de semana.

El acceso al cine Madrigal este fin de semana.

Pero el gran premio de su público, al que los modernos/progres apodarían hoy como Garciers, se lo ganó con El Crack. A sus 'cowboys de medianoche' Garci encontró sus inquietudes y su educación en el género negro, con una vasta formación en el cine y literatura de detectives, la mejor manera de plasmar la realidad social, política y popular con una intriga que no es lo principal aunque esté bien hilada. Supo diferenciar a la perfección lo policíaco del noir y hacer de cada diálogo, de cada gesto y detalle un auténtico tratado del Madrid posfranquista.

Cultura pop en toda regla aprovechando el séptimo arte hasta el extremo para colar por la pantalla todas sus grandes pasiones: Madrid y su expresiones castizas, el cine, la literatura, la música, la política, la radio, la prensa, las mujeres de altura moral e intelectual, la infancia sin complejos, y sobre todo su Atlético de Madrid, el amor por Nueva York y el boxeo que escribieron como nadie Vadillo y Alcántara.

Porque el cine de Garci, que se podría catalogar como cine de inspiración clásica y de pretensiones cinéfilas, se basa principalmente en los detalles. De ahí que cuando se recuerdan las películas de El Crack, además de la interpretación superlativa de Alfredo Landa, lo primero que viene a la mente son los planos de la Gran Vía y del centro de un Madrid en los que los paneles de publicidad electrónica empezaban a sustituir al romanticismo de los carteles de los cines y en el que los autovías de salida y entrada comenzaban a tener un ritmo incesante antes de llegar al culmen que tanto le gusta a Díaz Ayuso.

Alfredo Landa, el hombre que mejor prepara un Dry Martino, firmó un Germán Areta memorable. Alfredo Landa, el hombre que mejor prepara un Dry Martino, firmó un Germán Areta memorable.

Alfredo Landa, el hombre que mejor prepara un Dry Martino, firmó un Germán Areta memorable.

Todo, con una banda sonora de su socio Jesús Glück, que abandonó Los Bravos tras el Black is black para poner música y otra dosis de sentimentalismo al cine Garci hasta casi colmar el vaso. La música del fallecido Glück, que daba pausa a la acción en los ochenta, acompaña de nuevo la nueva aventura de El Crack empastando a la perfección con la fotografía en blanco y negro que ha elegido Garci en su vuelta a las andadas. Un regreso al detective Areta que para el que es realmente difícil es para Carlos Santos, quien hereda la gabardina de Landa en el que sin duda es un papel que no dejará indiferente. Sus acompañantes son los actores Miguel Ángel Muñoz en el papel de Moro, así como Patricia Vico, Macarena Gómez, Luisa Gavasa o María Cantuel.

El Cine Madrigal de Granada ha puesto en su cartelera esta nueva aventura de Areta, que se desarrolla en el año 75 en el contexto histórico del fallecimiento de Franco. El Madrigal reivindica así la estética por un tipo de cine precisamente en la semana de cierre del Festival Granada Noir. Una gran ocasión para volver a Garci, y brindar con un Dry Martini (cuchillo disuelto según Alcántara) por un pasado que no da la lata y por Alfredo Landa, aunque ya se sabe que nadie los preparaba como el propio Landa. Palabra de Garci.

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