La velada de ayer será recordada por público y artistas como una noche en la que movidos por la solidaridad con Ucrania, lo mejor de la música de Granada -que es de lo mejor de la música en España- se unieron para brindar su ayuda al pueblo castigado por la guerra con Rusia. Y todo ello a través de Cruz Roja Internacional, que gestionará los casi 120.000 euros reunidos, según dijo la propia responsable de la ONG, que intervino junto al alcalde de la ciudad a mitad de concierto. Un momento en el que ambos dieron las gracias a un Palacio de Deportes repleto en la noche del jueves.

Cartel

El concierto estuvo lleno de momentos maravillosos que quedarán para la posteridad, muchos de ellos disfrutables desde un punto de vista muy granadino, como la intervención de Miguel Ríos con Lapido, el abrazo y la canción a la limón entre José Antonio García y Antonio Arias y sobretodo, el ambiente de compañerismo y mutua admiración entre las bandas granadinas.

La organización del concierto fue admirable, entre banda y banda, un famoso DJ amenizaba al público para que la fiesta no decayese. Todas las bandas se sometieron a sus 10 minutos de actuación, única manera de desarrollar un cartel tan importante. Y ahí ya cada cual elegía un tema, dos o tres, dependiendo de su estilo, pues grupos como Unidad y Armonía prefirieron hacer un único tema, extenso y psicodélico, o Juan Habichuela Nieto, que comenzó con un martinete y lo fue transformado. Y otros grupos, como los aclamadísimos Lori Meyer, que interpretaron tres temas. Otros en cambio, como Niños Mutantes dedicaron parte de su actuación a desarrollar un breve discurso sobre la temática de esta agresión a Ucrania, leyendo unas preciosas palabras de Bob Dilan, escritas en plenos años 60 pero tristemente de rabiosa actualidad. Eso sí, Miguel Ríos, -“desde la atalaya que brinda la edad”, como dijo él mismo-, se extendió de su tiempo, pero es que estaba claro que se encontraba en casa, encantado y con una voz asombrosa. Además, su interpretación de su tema En el río aquel, un tema compuesto antes de que los Beatles grabaran si quiera su primer disco, algo que sobrecoge y emociona de pensarlo, fue realmente sublime.

El concierto, como decíamos, comenzó con los jóvenes Apartamentos Acapulco y la guitarra de Juan Habichuela Nieto junto a la percusión de Moreno, con todo el arte y la juventud de esta ciudad y terminó con una épica actuación de Lagartija Nick y el Coro de Cámara de Granada, a la que se unió José Antonio García, de 091. Épica por su textos, de Jesús Arias, que siempre estuvo comprometido con la temática de las víctimas de las guerras, y épica porque ver “saltar” a Eric sobre la batería, a Arias con todos sus genios y musas, y concluir así una noche única e irrepetible.

En medio, todas las bandas importantes de la ciudad, ninguna defraudó porque todas fueron fieles a su estilo y a saber que era un concierto compartido y por una noble causa. En ese sentido, es el elenco es tan extraordinario, que solo citar sus nombres habla de la velada a la que unos  quisieron aportar versiones acústicas, otros temas eléctricos. Ya cada cual y su criterio.

Solo queda felicitar al Ayuntamiento por la iniciativa, que ha sido un éxito y a Granada y sus bandas por su entrega y su pasión. A las citadas a lo largo de esta crónica y a las que debemos añadir a Eskorzo, Arco, Checopolaco, Soleá Morente, La Guardia, 091, el Jose, Carmencita Calavera y Colectivo da Silva, amén de los DJs, los mejores de la ciudad. ¿Para cuándo esto, convertido en Festival?