Colaborador de Lorca y Falla

Hermenegildo Lanz, un creador sin límites frustado por el franquismo y el exilio

  • La Diputación publica un libro sobre el artista, intelectual y profesor donde ofrece claves inéditas para comprender su trayectoria

Busto de Lanz hecho por él mismo, expuesto en la muestra 'Fulgor y Castigo de Hermenegildo Lanz'.

Busto de Lanz hecho por él mismo, expuesto en la muestra 'Fulgor y Castigo de Hermenegildo Lanz'. / Álex Cámara

La Diputación edita un libro destinado a trazar el perfil del artista, intelectual y profesor Hermenegildo Lanz, colaborador de Federico García Lorca y Manuel de Falla, y que ofrece claves inéditas para comprender una trayectoria creativa marcada por el franquismo y el exilio.

Esta novedad editorial combina el catálogo de la exposición Fulgor y castigo de Hermenegildo Lanz, producida por la Diputación en abril del año pasado en el marco de las Jornadas de Memoria Histórica y Democrática, y suma claves inéditas que completan el perfil de Lanz como artista, artesano e intelectual.

Hermenegildo Lanz (Sevilla, 1893 - Granada, 1949) aparece como ejemplo del impacto de la Guerra Civil en cientos de trayectorias creativas que se interrumpieron por el exilio, el silencio o la muerte y recuerda la exposición para esbozar sus dos grandes etapas vitales, la denominada "fulgor" previa al "castigo" de un artista acosado por el régimen franquista.

Lanz llegó a Granada con 23 años a tomar posesión de su plaza como profesor de la Escuela Normal y se integró en el ambiente cultural de la ciudad, que giraba en torno a la tertulia de El Rinconcillo y donde destacaban nombres como los Juan Cristóbal, García Lorca, Fernando de los Ríos, y poco después, Manuel de Falla.

Con el maestro gaditano diseñó las marionetas y los decorados de la mítica función de Reyes de 1923 en casa de García Lorca y luego estrenó en París El retablo de Maese Pedro, pero también estuvo detrás del Concurso del Cante Jondo de 1922 y de la fundación del Ateneo de Granada y participó en las Misiones Pedagógicas con La Barraca.

Esta etapa frenética se frenó en 1936, momento en el que Lanz fue despojado de su plaza de profesor y obligado a trasladarse a Logroño, desde donde regresó para ser detenido y encarcelado. El profesor de la Universidad de Granada Juan Mata abre este libro catálogo con el capítulo Un espíritu libre en tiempos hostiles a modo de cronología.

El libro repasa la impronta como literato de Lanz, más desconocida, y presenta algunos de los hallazgos que el conservador Emilio Escoriza ha encontrado en la biblioteca personal del artista sevillano. A modo de anexo, el catálogo incorpora una serie de fotografías documentales de la exposición, además de reproducciones de imágenes, cartas y documentos originales.

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